El 15-J marca los pactos para investir a Pedro Sánchez

  • PP y Cs logran, con el apoyo de Vox, Madrid y Zaragoza y extienden su pacto por más de diez capitales.
  • Sevilla es la única gran ciudad que controla el PSOE, aunque gana poder provincial.
  • Podemos y las confluencias mantienen Barcelona y Cádiz gracias al apoyo socialista.
  • ERC y PNV lideran en sus autonomías.
Manuel Valls y Ada Colau durante la sesión constitutiva del Ayuntamiento de Barcelona.
Manuel Valls y Ada Colau durante la sesión constitutiva del Ayuntamiento de Barcelona.
EFE
Manuel Valls y Ada Colau durante la sesión constitutiva del Ayuntamiento de Barcelona.

El PSOE gana poder municipal: gobierna en más ayuntamientos pero pierde en relevancia. Ha pasado de liderar 32 grandes urbes (de más de 100.00 habitantes) en 2015 a tener el poder en 42 tras el 26 de mayo. Pero esa crecida no se traduce en notoriedad, puesto que los socialistas solo tienen el Gobierno en una de las grandes ciudades, como es Sevilla. Los socialistas han priorizado los pactos con Unidas Podemos, toda vez que Ciudadanos ha virado más hacia el PP a la hora de alcanzar pactos.

De esta forma, los populares, al contrario que el PSOE, tienen menos Alcaldías que hace cuatro años pero recuperan grandes bastiones: de las ocho grandes capitales, los de Casado asumirán el poder en cuatro tras recuperar el mando de Madrid y Zaragoza y conservar Murcia y Málaga, en todas ellas con pactos con Cs y en algunos casos también con Vox. Ese impulso ha servido para amortiguar la pérdida general de peso. Y es que el Partido Popular, que en 2015 gobernaba en 27 grandes ciudades, ahora lo hará en 16. Populares y naranjas han extendido su acuerdo por más de diez capitales, pero esa fórmula ha tenido más rédito para Génova que para el partido de Rivera. Es más, el proyecto de Pablo Casado ha encontrado un buen soporte en los pactos alcanzados tras las elecciones de mayo.

Reparto del poder municipal.
Reparto del poder municipal.

A pesar de no lograr toda la relevancia a la que aspiraba, Ciudadanos pasa de no tener alcaldías a ostentar tres importantes como son Palencia, Granada y Melilla. Asimismo, accederá a Alcaldías rotativas con el PSOEen Ciudad Real, Albacete y Alcobendas y con el PP en Badajoz. Esa solución es la que habrá también en Cartagena, donde socialistas y populares ostentarán el bastón de mando dos años cada uno.

Barcelona, clave de cara a la Moncloa

El resultado de los acuerdos a nivel municipal puede tener incidencia de cara a las negociaciones para el Gobierno central. El caso de Barcelona es importante aquí. Ada Colau seguirá como regidora de la Ciudad Condal con los apoyos del PSC y de los tres concejales de Manuel Valls (los tres de Ciudadanos decidieron abstenerse). Ernest Maragall, por tanto, no obtendrá el poder a pesar de quedar por delante de los comuns en votos. Esto puede tener consecuencias en la posutra de ERC para la investidura de Sánchez, puesto que el propio Maragall había ofrecido un pacto con Colau y Collboni, algo a lo que ambos no accedieron. A pesar de esto, los republicanos ganan poder con las Alcaldís de Lleida y Tarragona, alcanzando a JxCat, que obtiene el mando en Reus y Girona, igual que en 2015, cuando afrontó todavía los comicios siendo CIU.

También tendrá que ver en los apoyos para la Moncloa el resultado de Pamplona. La Alcaldía ha ido a parar a manos de Navarra Suma con la abstención del PSOE. A falta de ver que ocurre con el Ejecutivo autonómico en Navarra, se ha dado la primera condición para que los navarros se abstengan en la investidura de Pedro Sánchez.

¿Y los ayuntamientos del cambio?

Peor balance puede hacer Unidas Podemos de los pactos poselectorales. De los llamados Ayuntamientos del cambio solamente sobreviven dos: Barcelona y Cádiz. En la provincia andaluza, José María González Kichi reforzó su poder pasando de nueve a trece concejales. Eso sí, la suya es una de las voces más desmarcadas de la gestión de Pablo Iglesias. En ese grupo podrían entrar otro consistorio como Valencia, donde repite Compromís con Joan Ribó. En el caso de la formación morada, pierde dos de sus logros de 2015 como son Madrid y Zaragoza, que, paradógicamente, van a parar al PP. También el PSOE arrebata poder a los de Iglesias, dado que las Mareas pierden el poder en A Coruña, Santiago y Ferrol, que van a parar a manos de los socialistas.

Por otro lado, el PNV sigue siendo un partido hegemónico en el País Vasco. La formación nacionalista mantiene las alcaldías de Vitoria, Bilbao y San Sebastián, además de Barakaldo, en algún caso con el apoyo o abstención del PSOE. Precisamente el PNV es otro de los partidos cuyo voto está en el aire de cara a la investidura de Sánchez.

El papel de Vox

Vox ha jugado, en cierta medida, un papel importante. Los votos del partido de Santiago Abascal no solo fueron fundamentales en Madrid, sino también en otras ciudades como Zaragoza, Granada, Palencia, Teruel o Badajoz. Eso sí, está marcado por la situación vivida en Burgos. En la ciudad castellana habían llegado a un pacto PP, Cs y Vox para que el candidato naranja, Vicente Marañón, fuera alcade. En cambio, a última hora Vox rompió el pacto y el PSOE obtuvo el cargo. La dirección de Abascal anunció casi al instante que se tomarían medidas contra los concejales. En Huesca, el voto en blanco de un edil de Cs frustró la Alcaldía para el PP y, como en Burgos, fue el PSOE el beneficiado.

Los acuerdos y las fórmulas fueron dispares en función del lugar, pero todas las conclusiones podrían tener repercusión directa en la investidura de un Pedro Sánchez que espera que las cartas jugadas le sirvan para mantenerse en la Moncloa. Los bloques parecen haber quedado más claros en el poder municipal y ahora llega el momento de que las conversaciones se trasladen a las autonomías y al Congreso.

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