Ángel Garrido, el escudero de Cifuentes que prefirió seguir en Madrid con Cs a retirarse en Bruselas con el PP

  • Hace un año fue investido presidente de la Comunidad de Madrid tras la dimisión de Cifuentes.
  • Casado reconoció su gestión de la huelga del taxi, pero designó candidata a Isabel Ayuso.
Ángel Garrido y Pablo Casado, en una foto de archivo.
Ángel Garrido y Pablo Casado, en una foto de archivo.
Eduardo Parra - Europa Press
Ángel Garrido y Pablo Casado, en una foto de archivo.

El último año ha sido de vértigo en la vida política de Ángel Garrido, el presidente en funciones de la Comunidad de Madrid. En estos doce meses, ha pasado de ser el escudero de su antecesora, Cristina Cifuentes, a aspirante sufriente para sucederla hasta finalmente ser relevado por Isabel Ayuso en la candidatura para mantener al PP en la Puerta del Sol. Garrido encajó con buena actitud ser desplazado y aceptó a cambio un buen puesto en la lista a las elecciones europeas del PP. La sorpresa ha saltado este miércoles, al fichar por Ciudadanos para continuar en Madrid.

Garrido se calificaba así mismo de "humilde militante" del PP cuando el año pasado aspiraba a quitarse la etiqueta de amigo de Cifuentes para poder sucederla en la Puerta del Sol. Deja una trayectoria en el PP casi 25 años que empezó en el ayuntamiento de Pinto y terminó en la dirección del PP madrileño. Se pasa a Ciudadanos, donde su hasta ahora socio de investidura, el líder naranja en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, le ha ofrecido ir en el número 13 de su lista.

El salto de Garrido al partido de Albert Rivera se produce justo cuando el presidente madrileño en funciones había visto recompensada la gestión que probablemente más se valora en el PP que lidera Pablo Casado, la de la huelga de los taxistas que provocó la salida temporal de Uber y Cabify en Cataluña, pero ante la que el Gobierno madrileño no dio un paso atrás.

Tal y como afirmaban en aquellos días los propios taxistas, su huelga se topó en Madrid con la peor de las circunstancias: con un presidente que sabía que no repetiría y que ni siquiera sería candidato al Gobierno madrileño. Entonces, Garrido era un político sin nada que perder que entregó a Casado a victoria frente a los taxistas, al Gobierno de Pedro Sánchez y, por comparación, a la Generalitat de Cataluña.

Sin embargo, no fue suficiente para que le permitiera ser candidato autonómico, ya que Casado designó en su lugar a Ayuso, que había sido número dos en la Consejería de Justicia. Como premio de consolación, Casado le ofreció un buen lugar en la lista del PP a la Eurocámara, allí donde muchos políticos van a retirarse plácidamente. Aceptó momentáneamente, hasta que este miércoles se ha conocido que no se moverá de Madrid, pero sí de partido.

El fichaje por Ciudadanos da un nuevo volantazo a la vida política de Garrido y, quizá, le saca la espina de haber reclamado seguir trabajando en la política madrileña. Sin éxito en el PP. Probablemente con mejor resultado en Ciudadanos. No va en un lugar estelar de la lista electoral, pero sí en un puesto de los considerados "de salida".

Veinticuatro años en el PP

Este ingeniero de minas de 55 añosvuelve ahora a cambiar de partido. Militó en la UCD y entró en política en 1995 de la mano del PP como concejal en la oposición en el Ayuntamiento de Pinto. Antes de convertirse en escudero de Cifuentes, fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid de José María Álvarez del Manzano, Alberto Ruiz-Gallardón y de Ana Botella.

Raro entre los dirigentes del PP madrileño, Garrido no estuvo nunca bajo la autoridad directa de Esperanza Aguirre en ningún cargo público. Sí el en PP de Madrid, donde trabajó durante años con Cifuentes, con la que trabó amistad. En 2015, se convirtió en su mano derecha.

A su llegada a la Puerta del Sol en 2015, Cifuentes le nombró portavoz y consejero de Presidencia y Justicia, y dos años más tarde, en marzo de, lo confirmó como su mano derecha, también en el PP madrileño. Garrido se convirtió en secretario general del PP de Madrid tras el congreso del partido madrileño que el año pasado confirmó a Cifuentes en la cúpula, después de haber sido nombrada presidenta de la gestora que se formó cuando Aguirre dejó la política totalmente, en abril de 2016.

Ese congreso era la culminación de la limpia que, según el entorno de Cifuentes, se hizo en el partido, muy dañado por casos de corrupción como la Operación Lezo o la Púnica. Según explicó entonces la expresidenta, se trataba de un partido "nuevo" en el que "no tienen cabida los corruptos". Y en el escalón inmediatamente inferior a ella, situó Garrido.

Bienes

Llegó al Gobierno de la Comunidad de Madrid en 2015 declarando la propiedad de un piso al 50% con un valor catastral de 166.325 euros y una finca rústica, al 33%, en Ávila producto de una herencia. En sus cuentas corrientes había poco más de 40.000 euros, más otros 9.000 en un fondo y 38.389 en un plan de pensiones y un préstamo hipotecario con un saldo pendiente de 348.000 euros.

Declaraba tres vehículos, un Toyota Land Cruiser, una moto y, en una modificación posterior de sus bienes, un Honda CR-V Executive, así como una indemnización de 15.885 euros de Mutua Madrileña por la sustracción de un vehículo.

Amigo de Cifuentes

De formas suaves y reconocida capacidad de consenso, Garrido defendió sin estridencias a Cifuentes a lo largo de la crisis que la terminó apartando de la Presidencia regional. Incluso en los peores momentos, no dejó de calificarse de amigo de  la expresidenta, con la que coincidió en el periodo 2004-2008, en la secretaría ejecutiva de Política Regional del PP de Madrid. Allí empezó su amistad no sólo con la expresidenta, también con Jaime González Taboada, que fue número 3 de Cifuentes y a quien tuvo que dejar caer en octubre del año pasado, después de meses de aguantar en el puesto, a pesar de las declaraciones de testigos del caso Púnica que le implicaban en el presunto amaño de contratos.

De los tres amigos, ya sólo quedaba activo en política Garrido, que ahora renueva, pero por otro partido político.

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