El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, perdió hace unos días la calma y ordenó parar la grabación de una entrevista con un corresponsal de una televisión alemana, cuando consideró que las preguntas sobre Cataluña estaban siendo "interesadas" y "sesgadas" y el periodista estaba "desinformado".

Borrell accedió a dar una entrevista, de media hora de duración, para el programa en ConflictZone, de la televisión alemana DW, cuyo moderador es el periodista, Tim Sebastian, un británico famoso por sus preguntas incisivas.

La conversación comenzó con el entrevistador pidiendo explicaciones a Borrell sobre la prisión preventiva y "en confinamiento -15 horas seguidas en una celda de 10 metros" de la expresidenta del Parlamento Catalán, Carme Forcadell. "¿Es esa la imagen que España que quiere dar al resto del mundo?" El ministro responde que es una decisión judicial. A lo que el entrevistador repreguntó: "Pero tienen a una abuela, de sesenta años, sin condena y encarcelada".

Borrell admitió que en su día planteó que le hubiera gustado que hubiera habido alternativas a las prisión provisional para los políticos del Procés, pero se reafirmó en que en España los jueces son independientes, y pidió tener en cuenta la fuga de varios reponsables políticos al extranjero, como Carles Puigdemont. Preguntado sobre las dudas de que vayan a tener un juicio justo, el ministro dijo no estar de acuerdo con tales informaciones.

El epicentro del enfado, sin embargo, ocurrió por una pregunta sobre el derecho de autodeterminación, que el ministro dijo que no cabía en la Constitución Española. El periodista le planteó entonces por qué no se reformaba la Constitución, en relación a Cataluña, si el 70% de los españoles, citando al CIS, era partidario de reformarla.

Borrell, que ya le había dicho antes al periodista que sus preguntas estaban siendo "sesgadas" y que no tenía la información correcta sobre la situación Española, en lugar de explicar que el 70% de los españoles quiere algún cambio en la Constitución no referido en exclusiva a la situación catalana, ordenó al cámara parar la grabación de la entrevista. "Se acabó, paren", dice levantando la mano hacia la cámara.

Unos minutos después, tras mediar sus asesores, Borrell regresó a la entrevista. Las preguntas giraron entonces en torno a la venta de armas a Arabia Saudí. Borrell defendió que su Gobierno autorizó un contrato firmado por el anterior Ejecutivo, de Mariano Rajoy, pero no ha firmado ninguno nuevo desde que gobiernan. Y aseguró que estas armas "generaban menos daños colaterales que otras bombas".

Presionado por el entrevistador sobre el uso de armas contra la población civil, Borrell consideró que no había "pruebas de que ese tipo de bombas (en el contrato) hayan sido utilizadas para eso" y que su venta no violaba ninguna convención internacional.

El periodista sacó después el tema de Gibraltar, con un Borrell visiblemente incómodo, que insistió en subrayar la desinformación del entrevistador británico. En ese momento, ya llegados al final de la entrevista, Borrell le pidió que hiciera preguntas "de una manera menos parcial", a lo que el peridista, mirándole de cerca a los ojos le dijo: "No estoy aquí para hacerle las preguntas que usted quiera, ministro". Instantes después, ambos se levantaron, dando por finalizada la entrevista.