La pretensión del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de que España pida perdón por la Conquista y la Colonia es anacrónica, "patética", insensata, alimenta el "presentismo" y es una medida de distracción de sus problemas internos, según los historiadores consultados por EFE.

El presidente mexicano reveló este lunes que había escrito una carta al rey Felipe VI, instándole a hacer una "revisión histórica" y a pedir disculpas por los "agravios" durante la Conquista y la Colonia, en aras de avanzar en una reconciliación entre sus naciones, solicitud que el Gobierno español rechazó "con toda firmeza" ese mismo día.

Manuel Lucena Giraldo, investigador del CSIC en el grupo de Estudios Comparados del Caribe y Mundo Atlántico, ha asegurado que es "patético" que el presidente de México recupere "el nacionalismo indigenista de la revolución mexicana en el siglo XIX". "La Conquista la hicieron los indígenas que no eran aztecas. Los españoles eran cuatro gatos, 600 frente a 150.000 habitantes, y Tenochtitlan fue tomada con ayuda de los tlaxcaltecas, la infantería de la conquista. A quien tiene que preguntar es a sus propios nacionales indígenas", recalca.

Recuerda que la Corona dio como recompensa a los que colaboraron en la conquista con la exención de impuestos hasta 1821, es decir hasta la independencia de México, "que es cuando empieza la tragedia de los indígenas". "Eso que López Obrador y Podemos hablan de 'Conquista' es, primero de todo, una conquista de unos indígenas sobre otros".

En opinión de Lucena, López Obrador es "muy centralista" y habla "de un México homogéneo, aburrido y capitalino". "Esto, que no tiene ni pies ni cabeza, sale ahora porque López Obrador está empezando a tener mucha contestación en su país. La gente se está empezando a dar cuenta de que no ha hecho nada aparte de cancelar la construcción de un aeropuerto -el de Ciudad de México en Texcoco- y mostrar debilidad ante Trump. Los insultos de Trump son lo importante, no Hernán Cortés de hace 500 años", subraya.

"¿Alguien imagina que viniera ahora un italiano y le reclamaramos por Numancia o por Viriato? Es absurdo y anacrónico, una muestra de oportunismo político", zanja Lucena.

En este mismo sentido, el secretario de la Academia de Historia, Feliciano Barrios, en posesión de la mayor condecoración del Estado mexicano, el Águila Azteca, recuerda que en cada época se actúa frente a unos planteamientos morales y éticos y por eso hay que huir del "presentismo" y se pregunta dónde podría acabar "una cadena de perdones históricos". "¿Por dónde empezamos? ¿Roma? ¿Numancia? ¿Las guerras cantábras? No es un momento de perdón sino de colaboración fraternal entre ambos países", ha subrayado el historiador.

La iniciativa de López Obrador, afirma, "no parece sensata" y "enrarece" las relaciones entre los dos países y, además, "hay que recordar que fueron los españoles los que denunciaron los abusos algo que no se ha producido en ningún otro proceso colonizador: tenemos que estar del brazo de México, no pidiéndonos perdón".

La profesora titular de Historia de América de la Universidad de Valladolid María Carmen Martínez Martínez ha coincidido en que los hechos del siglo XVI hay que valorarlos en el siglo XVI y Cortés y sus hombres hay que explicarlos en su contexto y en su época. "No se trata de pedir o no pedir perdón, uno es responsable de sus actos y en función de su propia actitud determinan lo que hacen. No pedimos a los romanos que tengan una actitud respecto a la romanización, sino que valoramos el hecho en su contexto".

"Los comentarios fuera del contexto en el que se producen dan lugar a grandes titulares, pero tenemos que tener la serenidad de leer los acontecimientos históricos desde la perspectiva histórica y buscar la historia que nos une y no la que nos separa, y con México nos unen muchísimas cosas", ha agregado.

López Obrador, según el hispanista e historiador británico Henry Kamen (1936), "no sabe mucho de la Historia de su propio país" y "está pidiendo cosas que no son reales para los historiadores". "Siempre hay explotaciones y muertes: eso, es cierto, es incuestionable. Pero, después de 500 años, pedir que otras autoridades, en otro contexto, opinen y acepten la responsabilidad de sus compatriotas no tiene sentido. Este señor está demandando perdón o por ignorancia o por motivos electorales: tal vez quiere publicidad, o tiene un motivo escondido".