Casado, sobre la advertencia de Sánchez contra la ultraderecha: "El caballo de Troya es usted, del independentismo"

Pablo Casado, en el Congreso.
Pablo Casado, en el Congreso.
EFE
Pablo Casado, en el Congreso.

El presidente del PP, Pablo Casado, se ha revuelto este miércoles contra de las advertencias que ha lanzado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en contra de la ultraderecha, a la que ha llamado "caballo de Troya" contra la democracia por su capacidad para fagocitar a otros parrtidos. Por el contrario, el líder popular le ha espetado que "el caballo de Troya era usted, el caballo de Troya del independentismo".

"No hable de la ultraderecha en Europa", ha afeado Casado a Sánchez un discurso en el que el presidente también se ha referido a cómo los partidos de extrema derecha no sólo lograron ganar el referendum del 'brexit', sino que también cambian la agenda política en otros países, como España.

El líder del PP ha contrapuesto las advertencias de Sánchez sobre la ultraderecha y sus efectos en otros partidos con su relación con los independentistas catalanes y con los "comunistas de Podemos".

"No es una cuestión de extrema derecha o de extrema izquierda", ha señalado Casado, que se ha remontado a los pactos entre PSOE e IU para reprochar a Sánchez que "venga a dar lecciones" cuando "sabe mucho de extremismos porque el PSOE lleva pactando con la izquierda comunista décadas".

"No dé carnet de demócratas, es usted quien se ha sentado a dialogar con quienes quieren romper el país", le ha reclamado.

Los supuestos pactos entre el Sánchez y los independentistas han sido el motivo de los mayores ataques que le ha lanzado Casado durante su intervención en el último Pleno del Congreso de la legislatura en el que Sánchez comparece a petición del PP para hablar de Venezuela, el 'brexit' y las sociedades patrimoniales de algunos de sus ministros.

Sobre este punto, Casado ha sacado a relucir desde la dimisión de Maxim Huerta, hasta las presuntas irregularidades del máster de Carmen Montón o informaciones periodísticas sobre el patrimonio de las ministras de Educación, Isabel Celáa, y de Economía, Nadia Calviño, para contraponerlos con las críticas de Sánchez contra los casos de corrupción en el PP.

Correctivo de los españoles

A dos meses de las generales, Casado ha aprovechado para presentarse como la alternativa al Gobierno de Sánchez, que ha asegurado que el próximo 28-A "va a recibir el correctivo de los españoles por la política de cesión y venta de su propia soberanía".

"Esto no le va a salir bien. Los españoles tendrán que decidir en las urnas si validan que negociara con los independentistas" o "la alternativa", "que vuelvan a confiar en un Gobierno del PP que pueda hacer cumplir la ley en toda España y recuperar la prosperidad".

Casado ha hecho una enmienda a la totalidad a la gestión de Sánchez, no sólo de cara al 'brexit' y a Venezuela, sino de la política social que defiende y que para el líder del PP es obra de su partido. El líder del PP se ha empleado especialmente no sólo en atacar a Sánchez, sino a sus socios "comunistas" de Podemos. Tanto es así, que ha considerado que la candidatura de Josep Borrell para las elecciones europeas permitirá al ministro de Exteriores "seguir negociando con los comunistas".

Casado ha enmendado toda la política social de Sánchez recordando que votó desde su escaño a favor de los recortes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero antes de que volviera un gobierno del PP. A su partido ha atribuido que se pagaran facturas atrasadas, la subida del salario mínimo, de las pensiones o del sueldo de los funcionarios.

"De qué presumen ustedes", le ha espetado a Sánchez.

Congreso en campaña

Como Casado, el resto de portavoces del Congreso ha ido marcando este su tono, no tanto de cara al debate de este miércoles, sino a las elecciones generales del 28 de abril. Así, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha destacado por unir en sus críticas al PP y al PSOE mientras que por parte de ERC, Joan Tardá, ha optado por un tono más conciliador, en el que ha ofrecido ayuda al Gobierno de cara al 'brexit', donde ha llegado a apostar por que los briánicos puedan corregir su voto en el primer referendum.

Por su parte, Podemos ha intentado presentar a Sánchez como aliado no sólo del PP como mantiene Rivera, sino también de Ciudadanos. Según su diputado Pablo Bustinduy al final de la legislatura el Gobierno se ha dejado arrastrar por la derecha de "la foto de Colón", en referencia a PP, Cs y Vox.

Tal ha sido el tono electoral de este miércoles en el Congreso, que el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha pedido "benevolencia" a la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, cuando ha subido a la tribuna de oradores por atenerse al orden del día y no exponer su "programa electoral".

Bustinduy, que será el cabeza de lista de Podemos en las elecciones europeas, se ha centrado en Venezuela para apuntar al Gobierno que "España se merece una política exterior digna e independiente". A pesar de que Sánchez ya había dejado claro en su intervención que el Gobierno se opone a una intervención militar en Venezuela, Bustinduy le ha pedido que lo aclare.

"Que lo haga la derecha es normal, el cordón umbilical aún une la foto de las Azores con la foto de Colón", ha subrayado haciendo un paralelismo entre la imagen de José María Aznar en la cumbre previa a la guerra de Irak y la de la concentración que organizaron en Madrid PP, Cs y Vox para pedir elecciones a Sánchez.

Rivera ha intentado este miércoles quedarse sólo y en medio del PSOE y el PP, a los que ha presentado como dos formaciones que, a pesar de sus diferencias, toman decisiones conjuntamente, como por lo que respecta a la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial o al carpetazo que este martes se dio a la comisión de investigación en el Congreso de la presunta financiación ilegal del PP, sin la comparencia de Mariano Rajoy, que para Ciudadanos es el pago por que Sánchez no haya explicado su tesis.

"PP y PSOE siguen bloqueando una nueva ley electoral", ha añadido Rivera en su enumeración de las cosas en las que "PP y PSOE se han puesto de acuerdo".

Rivera ha repetido en varias ocasiones la coletilla "si yo soy presidente del Gobierno", con la que ha dejado claro a Casado que no es el únicio aspirante a La Moncloa de la derecha del PSOE y se ha presentado como imagen de moderación frente al "sectarismo" que, en su opinión, ha demostrado Sánchez en RTVE, el CIS o al permitir el "adoctrinamietno en las aulas".

Incluso, el líder de Ciudadanos ha regresado a su discurso de regeneración reprochando al Gobierno que su propuesta de reforma Constitucional para suprimir aforamientos no contemple delitos de corrupción. Asimismo, ha preguntado a Sánchez: "Si hay sentencia condenatoria con los ERES, usted va a dimitir, sí o no?".

No obtante, tampoco ha olvidado la cuestión catalana para reprochar al presidente que "no se puede ir de la mano de los que quieren liquidar tu país, porque acaban desmontando tu país". Antes, había insistido en que cualquier español tiene que poder tener tarjeta sanitaria en todo  el país o trabajar en cualqueir pais.

"Si somos españoles es por eso, porque España significa igualdad, libertad de movimientos, Constitución y democracia". "Esa es la España en la que yo creo".

ERC y PDeCAT, conciliadores

Por su parte, los independentistas han continuado modulando su discurso hacia un tono más conciliador con el Gobierno, al que hace unas semanas tumbaron los Presupuestos, una votación en cuyo origen está la convocatoria anticipada de elecciones generales para el 28 de abril.

El portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, ha indicado a Sánchez que "las podría haber hecho en octubre" para que hubiera dado tiempo de hacer reformas legislativas que su partido habría apoyado, como la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana o contra la morosidad.

En todo caso, Campuzano ha constatado que "la legislatura ha estado muy marcada por la agenda catalana", lo que envía el mensaje de que "no va a haber estabilidad política en España sin resolver" la cuestión catalana. "Cataluña es demasiado poderosa", ha dicho.

Con una "derecha moderada que ni está ni se le espera", el portavoz del PDeCAT no ha tenido a nadie más que dirigirse que al presidente del Gobierno para  apostar por el "diálogo político y la voluntad de acordar". Le ha parecido "una pena" que en esta legislatura Sánchez "ha tenido miedo de la derecha" y ha confiado en la próxima legislatura, cuando su partido ha advertido de que "insistirá en su apelación al derecho a decidir y al diálogo".

Menos ha ocupado la situación de Cataluña el discurso del portavoz de ERC, Joan Tardá, que ha llegado al Congreso directo desde el Tribunal Supremo, donde este miércoles ha declarado como testigo en el juicio contra el procés.

Tardá se ha centrado en dos de los tres puntos del orden del día, el 'brexit' y Venezuela para, a propósito de la salida del Reino Unido de la UE, poner en cuestión  no sólo el referendum que hasta hace poco el independentismo alababa, sino para criticar el discurso "tan reduccionista", tanto de los británicos que creían que sería bueno salir de la UE como de lo que pensaban que "tras la declaración de independencia, en 12 días estaríamos en Europa".

"Han convocado un referendum pero si la sociedad británica es capaz de planteárselo, habrá que ser capaz de hacer nuevos vítores a la democracia", ha dicho.

Sobre Venezuela, Tardá ha afirmado que "no tenemos ningún derecho a aplicar el 155" en este país o que España se ponga "a la cola del señor Trump" y en un tono mucho más suave al de otras intervenciones se ha limitado a pedir al Gobierno de Sánchez que "corrijan el tiro".

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