Día 22 de febrero, 11.30 horas de la mañana, Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga: "Allí estaré, como desde el minuto uno he estado: no me he ido en ningún momento, sigo aquí". Son las palabras de David Serrano, el dueño de la finca en la que murió Julen tras caer a un pozo de más de 70 metros de profundidad. David, a quien el pequeño consideraba su tito, tendrá que acudir a declarar en calidad de investigado por la comisión de un posible delito de homicidio imprudente por la muerte del niño.

La titular del juzgado malagueño requirió este miércoles por la tarde la presencia de David en las dependencias judiciales el viernes de la semana que viene después de que la Fiscalía solicitase que se le citara como investigado tras estudiar el informe del caso, con el que, asegura, "ya se pueden hacer varias hipótesis de los momentos previos de la fatal caída del pequeño".

"Después de todo lo que está pasando, siendo la ausencia del niño algo duro de por sí, ahora esto", lamentaba a este medio el dueño de la finca, aunque no le ha pillado desprevenido: "Esto se sabía que iba a pasar".

A lo que no da crédito es a que tan solo él vaya en calidad de investigado, puesto que a Antonio Sánchez, el pocero que ejecutó el pozo por el que cayó Julen, le han citado como testigo. "Es lo que me coge por sorpresa, lo que más me choca", explica a 20minutos.es a través de una conversación telefónica. "Es surrealista que solamente yo vaya en calidad de investigado. Soy consciente de que el pocero tampoco tuvo culpa [de que el niño muriese en esas extrañas circunstancias], pero lo que sí se le puede reprochar es que no hizo su trabajo. Yo, obviamente, no he hecho el pozo con un pico y una pala; obviamente no tengo las herramientas precisas para hacer un sondeo de inspección; obviamente no tengo los conocimientos de qué permisos y de qué licencias se requieren. Por eso me puse en contacto con una empresa especializada en perforaciones y búsqueda de agua".

Además del pocero, irán en calidad de testigos los padres de Julen (José Roselló y Victoria García), los tres senderistas que llegaron al lugar a auxiliar a los progenitores del niño, la pareja del dueño de la finca (que es la prima del padre de Julen), y el operario que hizo la zanja junto al talud que limita el pozo.

También tendrán que declarar a petición de la Fiscalía los dos guardias civiles encargados de investigar el caso, así como los dos agentes que llegaron en primer lugar al escenario de los hechos el 13 de enero.

David Serrano, que dice contar con el apoyo de los miembros de su familia, insiste en que el día de la desgracia "la sensación de peligro era cero" debido al escaso diámetro que mide la perforación, de unos 23 centímetros de ancho y que, según defendió ante los medios, tapó con dos bloques de hormigón el día que se produjo la desgracia para evitar que alguno de los que habían acudido a tomar la paella se partiese el pie, pero nunca imaginando que Julen caería por él.

Esta versión se opone a la que el pocero ha sostenido desde el primer momento, asegurando que él tapó el agujero con una piedra de 15 kilos.

La noticia llegó este miércoles en un contexto convulso, justo un día después de que el grupo político Izquierda Unida Totalán acusase durante una rueda de prensa al alcalde del municipio, Miguel Ángel Escaño, de consentir este tipo de obras ilegales en el pueblo a cambio de votos en las elecciones.

Por este motivo, anunciaron que van a solicitar la dimisión inmediata de Escaño en un Pleno extraordinario además de la apertura de una comisión de investigación por las posibles "responsabilidades" que pudiera tener el alcalde en la muerte de Julen en caso de conocer las obras ilegales que se estaban llevando a cabo en la parcela de David Serrano y haberlas permitido.