La fruta se encarece mucho, sobre todo manzanas y sandías, y cae su consumo

Frutas en un supermercado
Frutas en un supermercado
JORGE PARÍS
Frutas en un supermercado

Las frutas cada vez son más caras y cada vez consumimos menos. En 2018, las frutas frescas se encarecieron un 5,9% en relación al año anterior (sobre todo manzanas, limones y sandías), según la tasa del Índice de Precios al Consumo (IPC).

Este fuerte crecimiento del precio de las frutas en el supermercado, en cambio, no se ha trasladado en beneficios para los agricultores ya que, según subrayan fuentes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) a MiBolsillo, el suplemento económico mensual de 20minutos, también "han subido mucho los costes de producción".

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Según las mismas fuentes, los responsables del encarecimiento para los consumidores son "las grandes cadenas de distribución" que son "quienes establecen los precios finales abusivos".

Desde el sindicato agrario Asaja, calificaron de "desastroso" el desarrollo de la campaña de 2018. "Los precios a los que se está liquidando al productor no sirven para cubrir los costes de producción", indicaron.

Desde Asaja coinciden con Coag en señalar a las grandes cadenas de supermercados como responsables principales del encarecimiento del precio de las frutas y verduras que se repercute finalmente en el precio que pagan los consumidores. "El abuso por parte de la gran distribución sigue siendo una práctica habitual, abocando al sector productor hacia una ruina segura", denunciaron.

Desde COAG se remiten al Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) para que los consumidores puedan ver lo que cobra el agricultor por un kilogramo de cualquier fruta y el precio final por el que se vende en el supermercado. Así, según el IPOD de diciembre de 2018 el precio en origen de la manzana (por el que lo vende el agricultor) era de 0,40 euros por kilogramo, mientras que el precio final al que lo compran los consumidores (en los supermercados) ha sido de 2,10 euros por kilo. Eso supone un diferencial del 425%.

Naranjas: cuestan muy poco, se venden caras

Las naranjas, por ejemplo, tuvieron un precio en origen del 0,12 euros por kg, mientras que el precio de destino fue de 1,62 euros por kg (un diferencial del 1.250%). La naranja es la fruta que más diferencial tiene entre el precio real en el campo y por el que finalmente se vende a los consumidores españoles.

La pera tuvo un precio de 0,50 euros por kilogramo en origen, mientras que el precio final de venta a los consumidores fue de 2,01 euros por kg (un diferencial del 302%). El plátano, por su parte, tuvo un precio en origen de 0,79 euros por kilogramo, pero se vendió en los supermercados a 2,51 euros por kilogramo (un 218% de diferencia porcentual entre el precio de origen y el precio de destino).

Ninguna fruta se libra de los enormes diferenciales. El limón, por ejemplo, tuvo un precio de 0,31 euros el kilogramo en origen y se vendió finalmente a 2,19 euros por kg (606% de diferencial).

Motivos del encarecimiento

Pero el encarecimiento de las frutas no es algo nuevo. De hecho, desde 2006 el precio ha subido un 66% mientras que el alza general de precios ha sido mucho menor, del 19%. ¿A qué se debe este fuerte y constante encarecimiento de las frutas frescas?

Según explica a MiBolsillo Pedro J. Domínguez, director de ventas de la consultora Nielsen, existen varias razones. Por un lado, ha habido un crecimiento de precios directo de las frutas por "factores vinculados a la producción derivados de problemas en las cosechas por lluvias". Por otra parte, influye "la irrupción de nuevas frutas", que hace unos años se veían muy poco, como "los arándanos, las frambuesas… que son algo más caras".

También impacta sobre el precio final, y cada vez más, "el auge de la fruta cortada o preparada que tiene un precio algo superior". "Eso también está ocurriendo con las verduras y las ensaladas preparadas", recalca el consultor.

Una parte importante del encarecimiento, según el experto de Nielsen (y en esto coincide con las organizaciones agrarias) se debe a los precios que imponen las grandes cadenas de distribución. "La venta de frutas y verduras representan un 40% del volumen total de venta de los supermercados. Es una fuente muy importante del margen final de beneficios", explica.

Según Pedro J. Domínguez, "en el pasado las secciones de frutas y verduras no estaban tan bien trabajadas, pero ahora las grandes cadenas se han percatado de que son secciones muy importantes". Al respecto, explica que "la oferta es más amplia, hay productos, frutas y verduras, de más calidad y también por eso se ha encarecido el precio final".

Otro factor que apunta el experto en alimentación son las exportaciones."España accede ahora a nuevos mercados y hay más rango de clientes, por lo que los precios también suben por eso", indica. Las cadenas de distribución -agrega- también traen partidas de bananas, por ejemplo desde América.

Manzanas, la fruta que más sube

Según los datos de un estudio de Nielsen, las manzanas han registrado un encarecimieto del 19,4% en 2018, la fruta que más subió (su consumo cayó un 5,3%), seguida de las sandías (se encarecieron un 13,5%) y los limones (subieron un 13%).

Le siguen como frutas que más se encarecieron los melocotones (8,6%), fresas (8,1%), uva (7%), plátanos (6,8%), peras (6,3%), mandarinas (4,9%) y naranjas (4,2%). Los melones subieron un 1,2%, según el informe de Nielsen, mientras que las cerezas y picotas mantuvieron el mismo precio que en 2017 y eso que su consumo creció un 9,8%.

Pedro J. Domínguez considera que "lógicamente el incremento del precio está provocando que comamos menos frutas". Pero no sólo es eso.

La fruta preparada eleva el precio

Otro factor relevante es el nuevo tipo de vida urbano, más tendente a los platos preparados por su comodidad, que provoca que muchos consumidores españoles opten por bandejas de fruta preparada y pelada, "que es más cara que la fruta tradicional".

El experto de Nielsen, no obstante, asegura que se está produciendo un encarecimiento muy imporanta y constante, "con continuas fluctuaciones de precios" que "el consumidor no acaba de entender". "Con los procesos productivos que tenemos hoy en día no parece muy lógico que por unas lluvias se disparen tanto los precios de las frutas y las verduras", recalca Pedro J. Domínguez. Al respecto, añade el analista de Nielsen: "se entendería si fuera un pedrisco que durara dos meses y arrasara las cosechas, pero eso no se ha producido en España por lo que es evidente que estamos ante una subida de precios que busca beneficios económicos".

¿Quién sube los precios?

Los agricultores, indignados. El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, lo tiene claro. Según aseguró, "hay una especulación tremenda con la fruta". "Es un sector totalmente desorganizado y así es más fácil que los especuladores campen a sus anchas. Los agricultores lo estamos pasando mal y muchos se plantean abandonar porque hay que producir mucho para poder cubrir costes", afirmó.

Desde el sindicato Asaja aseguran: "El sector frutícola debe soportar que se le acuse de ser el responsable de la subida del IPC, cuando esto es debido al precio de venta al consumidor que sufre una subida del 400% respecto al precio percibido por el agricultor".

Sin embargo, los distribuidores tienen una versión muy distinta. Sostienen que los precios han subido en los últimos años porque mucha fruta se dedica a la exportación, así que los productores prefieren venderla fuera y eso eleva los precios. "Es lógico, porque se paga mejor", dice Ignacio García, director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).

El consumidor, el gran perjudicado

El presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Fernando Móner, ha mostrado su descontento por el incremento progresivo del precio de las frutas y las verduras, que tienen que pagar año a año los consumidores. Ese encarecimiento provoca no solo pérdida de poder adquisitivo sino que, además, deriva en una reducción del consumo de frutas, uno de los alimentos más beneficiosos para la salud.

El presidente de CECU ha asegurado que "lamentablemente poco de ese incremento ha ido para aumentar la renta del agricultor y así intentar que no continúe disminuyendo el número de personas que se dedican a trabajar por llevar a nuestra mesa productos de primera necesidad y calidad". Móner considera que el encarecimiento de las frutas se debe a diferentes factores: "Posiblemente la culpa la tengamos todos: los consumidores porque todavía seguimos pidiendo frutas que no son estacionales y, obviamente, mucha tiene que venir de fuera, cuando en cada estación tenemos una variedad impresionante en España. Además, seguimos sin tener en cuenta que la fruta y la verdura son sinónimo de salud y con un consumo habitual podemos evitar enfermedades".

El presidente de CECU ve "chocante que haya establecimientos que en plena temporada de naranjas españolas ponga en sus estantes naranjas de otros países". El dirigente de la confederación de consumidores también anima a los agricultores a reflexionar sobre "qué están haciendo bien y qué están haciendo mal".

Y, por último, el presidente de CECU señala a "la Administración, principalmente la Unión Europea, porque permite un intercambio comercial que en productos agrícolas debería ser más beneficioso para nuestros intereses". En su opinión, "debería beneficiarse fiscalmente a aquellos productos que están valorados como nutricionalmente más sanos y evitar que cierta bollería industrial tenga el mismo precio que cuatro naranjas o dos melocotones".

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