ANDRÉS GÓNGORA. RESPONSABLE DE FRUTAS DE COAG
OPINIÓN

El margen entre el precio de origen de la naranja y el de destino fue del 1.250%

Andrés Góngora, responsable estatal de frutas de COAG
Andrés Góngora, responsable estatal de frutas de COAG
COAG
Andrés Góngora, responsable estatal de frutas de COAG

Hace ahora dos años, las berenjenas y los calabacines saltaban a las portadas de los periódicos. No por sus estupendas cualidades nutricionales, como sería deseable, sino porque el precio en el lineal se encontraba muy elevado. Todo el mundo buscaba responsables y se afanaba por encontrar una explicación. Como consecuencia de las adversidades meteorológicas en el sudeste español y en gran parte de Europa y una brusca reducción de la producción de hortalizas, se produjo un claro aumento de los precios en origen, acortando los márgenes entre consumidor y productor y con cotizaciones en berenjenas y calabacines muy cerca de los 4 €/kg a mediados de enero.

Agricultores con frutas
Agricultores con frutas

Sin embargo, cuando el frío remitió y las producciones volvieron a la normalidad dos semanas después, el desplome de los precios en el campo de dichas hortalizas no se repercutió a los precios pagados por el consumidor. En el caso del calabacín, los precios en destino se elevaron un 14% entre las semana 4 y 5 a pesar de la caída de un 62% de las cotizaciones en el campo. En berenjena la evolución ha seguido la misma tónica y mientras los precios al consumidor se elevaron un 17% al productor le bajaron un 35%.

Este es un ejemplo de la falta de control de los productores agrario sobre los precios en la cadena. La producción agraria está sometida a las condiciones climáticas y pueden producirse momentos de escasez, aunque no es habitual, que repercuten en los precios en el lineal, pero que los precios en origen no cubran siquiera los costes de producción, no asegura que el precio en destino sea acorde y los márgenes comerciales no estén disparados.

Ahora mismo, observamos cómo los cítricos están regalados en campo y el consumidor debe pagar un precio desorbitado para lo que percibe el productor. En el mes de diciembre de 2018 el margen entre destino y origen en naranja fue del 1.250% y en mandarina del 824%. En las últimas décadas, (y en los últimos años con más velocidad), los agricultores hemos respondido a las demandas y preocupaciones del mercado, incorporando nuevas variedades, apostando por la lucha biológica, por la producción ecológica, etc.

Cumplimos con los exigentes requisitos de certificación y las normas impuestas por la distribución comercial. Seguiremos haciéndolo en el futuro. Es imprescindible y estamos convencidos de ofrecer calidad y seguridad al consumidor. Hemos acometido una “revolución verde” en poco tiempo, con responsabilidad y con mucho esfuerzo. Sin embargo, la distribución comercial (nuestro principal cliente) sigue manteniendo una elevada presión sobre la formación del precio en origen.

Las cotizaciones no se construyen teniendo en cuenta los costes de producción, sino restando márgenes desde el precio venta al público hasta la liquidación al agricultor, que en mucha ocasiones se queda por debajo de sus costes. Esto hace muy difícil la sostenibilidad futura de nuestra profesión, generando además una gran incertidumbre económica en el conjunto del sector.

De hecho, ya se ven grandes cambios en el modelo productivo de frutas y hortalizas que responden a los escasos márgenes que presenta el primer eslabón de la cadena, cuando los encuentra, y que favorecen a las grandes empresas y grandes inversores, en ocasiones con capital ajeno al sector, frente al modelo familiar de agricultura.

Es cierto que debemos asumir responsabilidades propias, agruparnos y concentrarnos en origen, pero también es necesario acelerar el proceso para equilibrar las relaciones comerciales en la cadena agroalimentaria. Sin reequilibrio de la cadena, no habrá recuperación de la renta de los agricultores, que vivimos del mercado.

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