Un directivo de Huawei, detenido en Polonia por espionaje

Huawei en el MWC.
Huawei en el MWC.
EP
Huawei en el MWC.

Un directivo en Polonia de la corporación china Huawei, identificado por el canal polaco TVP como Weijing W. ha sido detenido por las autoridades de ese país acusado de espionaje, algo que podría conllevar una pena de hasta 10 años de prisión, según ha comunicado el Gobierno polaco.

El ciudadano chino ha rechado la acusación y ha preferido no ofrecer explicaciones. En el pasado, se sabe que trabajó en el consulado de China en la ciudad polaca de Gdansk; desde 2011, año en que fue contratado por Huawei, hasta 2017, Weijing W. fue el responsable de las relaciones públicas de la empresa asiática en Polonia, y desde 2017 ejercía el cargo de Director de Ventas, que principalmente consistía en impulsar el uso de productos de Huawei en el sector público.

Igualmente, se ha informado de la detención de un ex-funcionario polaco de los servicios estatales de seguridad, identificado como Piotr D., que trabajaba actualmente para la compañía telefónica Orange, también acusado de espionaje. Al igual que Weijing W ha rechazado negado los cargos de los que está acusado.

Piotr D. desempeñaba el cargo de jefe adjunto del departamento de Seguridad Informática de ABW (la agencia de seguridad polaca) con grado de capitán, hasta el año 2011. Desde entonces, trabajaba en la sede de Orange en la capital polaca.

Ambos, en concordancia con una orden emitida por un tribunal de Varsovia, pasarán al menos tres meses bajo arresto.

En el marco de la investigación, la agencia de contrainteligencia y seguridad nacional polaca ha registrado las oficinas de Huawei y Orange en Varsovia, de acuerdo a lo que han informado las autoridades locales.

Una complicada situación internacional

La detención del directivo de Huawei, aunque no directamente relacionada, llega en un momento algo tenso en el panorama internacional para la compañía, ya que el pasado 1 de diciembre su directora financiera (CFO) e hija del fundador de la compañía, Meng Wanzhou, era detenida por las autoridades canadienses, fruto de una reclamación de Estados Unidos en la que se le acusaba de tratar de violar las sanciones comerciales que la Casa Blanca ha impuesto a Irán; un punto especialmente prominente de la guerra comercial en la que el país norteamericano se ha embarcado contra el gigante asiático.

Además, durante el pasado mes de diciembre el ejecutivo de la República Checa ordenaba una auditoría de seguridad en numerosos entes públicos para determinar si la presencia de Huawei y otras empresas como ZTE podía suponer, por sus estrechos vínculos con el régimen de Pekín, una amenaza para la seguridad de la incipiente red 5G. Esta decisión vino motivada por el aviso que dió la Oficina Nacional para la Ciberseguridad de Chequia de un posible espionaje por parte de estas empresas.

Ese mismo mes, Japón  anunciaba a su vez que había decidido excluir a Huawei y ZTE de las licitaciones públicas por su relación con el régimen de Jinping, sumándose así a Estados Unidos en su conflicto comercial.

Todos estos movimientos se producen como parte de una oleada de desconfianza en la tecnológica China, provocado por las acusaciones de Estados Unidos hacia Huawei, afirmando que la empresa utiliza sus instalaciones de telecomunicaciones para espiar a gobiernos extranjeros para Pekín. Así, Orange en Francia anunció que no utilizaría la infraestructura de Huawei para sus redes 5G; BT Group Plc, de Reino Unido, se comprometió a destruir parte del equipo de la empresa china, y la compañía alemana  Deutsche Telekom AG planteó la posibilidad de cortar sus relaciones con la empresa. También Noruega estudia excluir a la compañía de sus redes 5G.

A pesar de ello, por el momento ninguno de estos países ha puesto la mesa la posibilidad de vetar completamente los equipos de Huawei, algo que sí ocurre en países como Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.

España, un oasis para Huawei

Pese a la ola de desconfianza que progresivamente ha ido contagiando a Europa, España no se pronuncia al respecto, y, de hecho, el pasado 17 de diciembre el CEO de la empresa china en nuestro país reafirmaba su compromiso con la economía española y el desarrollo de las redes 5G en nuestro país, para las cuales está construyendo la práctica totalidad de la infraestructura.

Huawei, que lleva ya 18 años de implantación en España, lo considera "clave en la estrategia de negocio global" y mantiene numerosos acuerdos con las teleoperadoras y la administración pública. Igualmente, la compañía ha anunciado en diversas ocasiones su intención de aumentar la plantilla en nuestro país un 50% de cara a 2021, con lo que llegaría a contar con 1.800 trabajadores en nómina.

De hecho, actualmente Huawei trabaja como proveedor de todos los operadores de telecomunicaciones del mercado nacional. Su intención es situar a España como punta de lanza en la implantación de la tecnología 5G (de la que los expertos afirman que tendrá un alcance mucho mayor que sus predecesoras, normalizando definitivamente aplicaciones como la domótica, los vehículos autónomos o la telemedicina), convirtiendo nuestro país en el escenario de pilotos y despliegues precomerciales y, consecuentemente, en uno de los primeros países en adoptar plenamente esta nueva tecnología.

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