Mañana llega Madrid Central sin acuerdo con la Comunidad. ¿El Ayuntamiento ha dado toda la información?

Ha hecho todos los esfuerzos por coordinarse con la Comunidad y hubo un plazo para hacer alegaciones que la propia Comunidad empleó. El problema es que el presidente Ángel Garrido quiere consolidarse como candidato del PP para 2019 y mucho de lo que hace es electoralista. Ha denegado reuniones y olvida la salud de los ciudadanos de toda la región.

¿Qué le parece que los tribunales puedan paralizarlo después de entrar en vigor?

Madrid Central tiene que cumplir sus plazos, aunque otras instancias tengan los suyos.

Pero, ¿temen que lo tumben?

El sentido común está del lado de Madrid Central, es una batalla ganada. El proyecto cuenta con el apoyo del Gobierno y de Europa y pone a Madrid al día con sus compromisos. Si la Unión Europea ha levantado una multa de 2.000 euros diarios a todos los españoles es porque Barcelona y Madrid han propuesto medidas. Parece que el PP es europeísta para aplicar los recortes de Bruselas y euroescéptico cuando hay que defender la salud. Es el pasado, como cuando se opusieron a la ley antitabaco o a restringir el tráfico en el Retiro.

¿Se juega las elecciones Carmena con esto?

Madrid ha dado grandes pasos –Gran Vía, por ejemplo– y la ciudadanía está contenta con su alcaldesa. Los atascos existían con el PP.

Menos de un 10% de los inscritos ha votado a Julio Rodríguez en las primarias de Madrid. ¿Tomará nota?

Hay un llamamiento de los inscritos para que nos pongamos a trabajar cohesionados para revalidar el Ayuntamiento.

Pero, ¿que debería hacer con la expulsión de Rita Maestre y el resto de concejales?

Hace falta calma, cabeza fría. Pablo Iglesias ha dicho que hay que trabajar con discreción y que todos estemos en la misma línea. Estoy segura de que lo vamos a conseguir.

¿Por qué no ha hablado Íñigo Errejón sobre este tema?

Ha habido una muestra de discreción por parte de mucha gente.

PP y Cs han pactado los presupuestos, ¿qué harán si los heredan tras las autonómicas?

Hemos hecho enmiendas para cambiar las prioridades. Los servicios públicos llevan una década abandonados. En impuestos, Madrid está instalada en la insolidaridad fiscal. Cada euro que PP y Cs regalan a poquísimos ricos se deja de invertir en colegios, residencias y hospitales. Los que más tienen tienen que aportar más.

¿Qué quieren hacer antes de que acabe la legislatura?

Tenemos a punto una ley de cláusulas de contratación pública, entre otras, y una reforma de la ley de violencia machista para ampliar el concepto. Queremos incluir los matrimonios y los abortos forzosos o el feminicidio, que está más allá del ámbito de la pareja o la expareja.

¿Para endurecer las penas?

No solo. Se busca proteger mejor. Podríamos discutir cuánto ha influido que el caso de la Manada no haya pasado por un juzgado especializado, con jueces formados en violencia machista. O que la víctima no haya tenido un acompañamiento.

¿Por qué tardó Podemos un mes en ratificar su nombramiento? ¿Hubo cambio de cromos?

Había que hacer una reconfiguración del resto de cuestiones menores. Asumí la portavocía inmediatamente, el mismo día que dimitió Lorena Ruiz-Huerta, para que pudiera funcionar el grupo.

¿La comisión de universidades se pondrá en marcha?

El PP está retrasando el nombramiento de sus propios miembros, pero no va a evitarla. Tienen mucho miedo a que se esclarezca hasta dónde llegan sus tentáculos.

¿Comparecerá Cristina Cifuentes?

Trabajaremos para eso.

¿Ve posible un gobierno de coalición con el PSOE?

El objetivo es desalojar al PP para revertir 23 años de desigualdades y tenemos la voluntad de llegar a acuerdos con el PSOE si compartimos prioridades en feminismo, empleo de calidad, transición energética y medio ambiente. En esto, las últimas declaraciones del secretario general del PSOE–M, José Manuel Franco, sobre Madrid Central nos parecen tibias: debe aclarar si está con el pasado o es valiente como ha sido su partido en el Ayuntamiento.

¿Creen que el PP y Cs pactarían con Vox para evitar ese gobierno?

No creo que Vox entre en la Asamblea. Sí debe preocuparnos su influencia en PP y Cs para escorar sus posiciones a la ultraderecha. Hemos oído a Pablo Casado hablar de la inmigración de forma xenófoba, irresponsable y que incita al odio para competir electoralmente con ellos. Y, aquí, las feministas tenemos una tarea histórica. A los proyectos reaccionarios les están plantando cara las mujeres. A Trump, a Bolsonaro, en Europa... Este movimiento es la mayor garantía de los valores originarios europeos y un cordón de seguridad contra lo más siniestro. Y a un PP y a un Cs que empiezan a imitar a Vox, el feminismo tiene que plantarles cara.

Cs ubica a Vox tan en el extremo como a ustedes...

Tienen un problema. He visto titubear a Ignacio Aguado a la hora de catalogar a Vox como extrema derecha. Eso explica la decepción de muchos con Cs. Hace años, creyeron encontrar ahí un partido que, decían, iba a atraer al PP al centro y ahora parece que tiene cierta solidaridad con Vox. Quienes estamos en una arena política sensata, estamos preocupados.

¿Habrá confluencia con IU y Equo?

Sí, con todas las fuerzas del cambio. No sobra nadie.

¿Tampoco sobraba Ruiz–Huerta?

No, y como no sobraba, recibió la invitación para estar en la misma lista en las primarias de mayo que otros compañeros y yo. Pero fue una decisión personal. Ha dejado Podemos porque no estaba de acuerdo con el proyecto de Errejón: el de ir en sintonía con Carmena y ampliar su visión a toda la Comunidad.

Antes de diputada regional, Clara Serra (Madrid, 1982) fue profesora de filosofía de instituto durante seis años. Estudió en la Universidad Complutense, tiene dos másters y entró en Podemos en el área de Mujer e Igualdad. Ha publicado el libro Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas.