Luis María Díez-Picazo, el magistrado del Tribunal Supremo por cuya decisión se revisará la sentencia que obliga a los bancos españoles a asumir el impuesto de las hipotecas, fue hasta hace un año docente en Cunef (Colegio Universitario de Estudios Financieros), centro que pertenece directamente a la Asociación Española de Banca, tal y como informaba Infolibre.

Este dato ha suscitado críticas que sugieren que en la decisión del magistrado podría yacer un conflicto de intereses. Si bien es cierto que Díez-Picazo obtuvo compatibilidad para ejercer como profesor en Cunef entre 2016 y 2017, ya había sido profesor en la misma institución con anterioridad.

El magistrado aducía que el objeto de la resolución, por su "enorme repercusión económica y social" debía ser revisado por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, que él preside. Esta revisión, no obstante, no tiene como objetivo modificar la nueva legislación, sino realizar una interpretación de la misma. Esto no impide que se revierta el pago de los impuestos de nuevo al cliente; para ello, el tribunal tendría que establecer una interpretación de la ley en este sentido que fuese compatible con la nulidad del precepto legal que establecía el pago por parte del cliente.

La decisión de Díez-Picazo ha provocado la reacción de asociaciones como Juezas y Jueces para la Democracia, que afirma que esta decisión "pone en tela de juicio la independencia e imparcialidad de los tribunales" y que "genera desconcierto en la ciudadanía", e incluso, califica esta actuación judicial como "nefasta gestión", además de pedir su dimisión.