La Real Casa de Correos, la sede del Gobierno madrileño en la Puerta del Sol, ha sido este lunes el escenario en que han vuelto a encontrarse en público la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en la toma de posesión del nuevo presidente regional, Ángel Garrido.

Sin embargo, la situación ha distado mucho de la tensión que se generó entre ambas el pasado Dos de Mayo, cuando no sólo se sentaron separadas por Garrido, que, al levantarse para dar su discurso, dejó un estruendoso espacio libre entre ambas. En aquella ocasión, Sáenz de Santamaría y Cospedal ni se miraron, ni se hablaron y, más aún, escenificaron su antipatía mutua sin ningún disimulo.

Este lunes ha sido distinto. El lugar era el mismo, la sede del Gobierno madrileño, en esta ocasión no para celebrar el Día de la Comunidad sino para presenciar la toma de posesión de Garrido.

Más distinta aún ha sido la actitud de Cospedal y Sáenz de Santamaría que en esta ocasión se han sentado la una al lado de otra, sin ninguna silla que mediara entre ambas e, incluso han intercambiado algunas palabras que han captado las cámaras de la misma manera que el Dos de Mayo plasmaron el distanciamiento total entre las dos mujeres más poderosas en torno al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Flanqueadas por el nuevo presidente del PP de Madrid, Pío Garcia Escudero, al lado de la vicepresidenta, y de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, sentada junto a la titular de Defensa, ambas han escenificado un ambiente mucho más cordial que el de hace menos de un mes.

Cospedal y Sáenz de Santamaría han sido dos de las invitadas protagonistas de la toma de posesión de Garrido, donde también ha destacado la presencia del expresidente Alberto Ruiz Gallardón, ausente del Dos de Mayo y uno de los tres expresidentes regionales imputados por distintas causas, junto con Cristina Cifuentes e Ignacio González.

Gallardón se ha sentado este lunes junto a su antecesor en el cargo y primer presidente autonómico, único socialista, Joaquín Leguina. A partir de ellos, han vuelto a faltar el resto de presidentes hasta llegar a Garrido, que es el sexto.

A la toma de posesión han asistido también diputados nacionales del PP por Madrid y representantes de la Asamblea de Madrid, con los portavoces del PP, Enrique Ossorio; del PSOE, Ángel Gabilondo, y de Podemos, Lorena Ruiz-Huerta, a la cabeza.

Quién no ha acudido al juramento de Garrido como presidente ha sido el portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, que ha preferido reunirse con la nueva presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Maite Araluce, con quien había concertado un encuentro desde antes de que se fijara la fecha para la toma de posesión.

"No vamos a cambiar nuestra agenda por una investidura que para nosotros es de trámite, igual que será esta toma de posesión", ha dicho Aguado. "Esta reunión estaba ya prevista con anterioridad y la hemos mantenido porque hay que seguir trabajando, al margen de que el señor Garrido tome posesión", ha añadido Garrido que le ha deseado "lo mejor" al nuevo presidente "en este año que le queda".

Frente al predicamento que su antecesora tuvo con las presidentas madrileñas del PP Esperanza Aguirre y Cifuentes, la nueva presidenta de la AVT también ha excusado su presencia en el juramento de Garrido, donde no ha sido sustituida por nadie de esta organización.

Así, cuando Garrido ha agradecido la presencia en el acto a "representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo" no se refería a la AVT, que ha estado ausente.