El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha afirmado este lunes que trabajará para mejorar "la calidad" del empleo y para ampliar la cartera de servicios sociales en la región en su toma de posesión en la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol, en un acto que ha contado con la presencia, entre otros dirigentes del PP, de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y de la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal y también del expresidente Alberto Ruiz-Gallardón.

En su intervención después de que la presidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados, leyera el decreto de nombramiento tras su investidura el pasado viernes, Garrido ha señalado que sus "retos" son "reducir y recuperar las consecuencias sociales de la pasada crisis, dotar de calidad al empleo que se crea y la sostenibilidad de la cartera de servicios públicos" para que sea "cada vez más completa" y "llegue a más capas de la población".

Garrido, que será presidente de la Comunidad de Madrid hasta las elecciones de mayo de 2019 pero que no tiene asegurado ser candidato a esos comicios, ha afirmado que "rendiré cuentas dentro de un año, cuando termine esa legislatura". Su objetivo será que "cuando los ciudadanos echen la vista atrás vea que la Comunidad de Madrid ha cambiado y puedan fijarse nuevas metas".

Ha asegurado que será el "presidente de todos lo madrileños" y que trabajará con "generosidad, coraje y franqueza" y ha agradecido a todas aquellas personas, incluida "la presidenta Cristina Cifuentes" , que "creyeron en mí y me ayudaron a esforzarme para alcanzar nuevos objetivos" y "han confiando en mí a lo largo de mi carrera política".

También ha mostrado su agradecimiento a todos los cargos por los que ha pasado a lo largo de su carrera política, desde concejal en Pinto hasta consejero de la Presidencia, porque "mi conocimiento de los problemas y capacidades de Madrid no serían los mismos sin toda esa confianza recibida por la experiencia que me ha permitido acumular".

Por otra parte, Garrido se ha mostrado dispuesto a no separar la dimensión humana de la profesional. "En la medida de lo posible, voy a hacer compatible mis responsabilidades como presidente con mi vida personal", ha dicho Garrido, que ha confiado en que "sacaré tiempo para mi familia y amigos sin dejar de trabajar intensamente por Madrid".

Cifuentes ha vuelto a ausentarse de una ceremonia que ha contado con una buena representación del PP y del Gobierno, entre las que han destacado Soraya Sáenz y Cospedal, que, diferencia del Dos de Mayo, esta vez se han sentado juntas e incluso han intercambiado algunas palabras.

También ha sido llamativa la presencia de uno de los antecesores de Garrido, Alberto Ruiz-Gallardón, que el Dos de Mayo completó el pleno de los cuatro expresidentes regionales del PP ausentes en la fiesta de la Comunidad y que, junto a Cifuentes e Ignacio González, es uno de los tres expresidentes madrileños imputados, de un total de seis, contando con Garrido.

Junto a ellos, la ministra de Empleo, Fátima Báñez; el nuevo presidente del PP de Madrid, Pío García Escudero, y su secretario general, Juan Carlos Vera; los portavoces del PP en el Congreso y Senado, Rafael Hernando y José Manuel Barreiro, o la delegada del Gobierno, Concepción Daucausa han presenciado la toma de posesión de Garrido.

Junto a ellos, han llenado el patio de la Real Casa de Correos diputados nacionales del PP por Madrid, miembros de la Asamblea de Madrid de todos los partidos, representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo, así como autoridades judiciales, militares y hasta religiosas, con el cardenal arzobispo de Madrid.

En clave nacional, Garrido ha ofrecido "colaboración y lealtad a todos y en especial a todas las administraciones" incluidos ayuntamientos madrileños, Gobierno central y resto de comunidades autónomas dentro de una España "sin imposiciones ni proyectos rupturistas".

El presidente madrileño ha jurado su cargo con,s egún la fórmula tradicional, "lealtad al Rey" y para "guardar y hacer guardar la Constitución" y ha terminado su alocución enviando "un mensaje de solidaridad y concordia".