El origen de Eurovisión se romonta a 1955, cuando la Unión Europea de Radiodifusión (UER), decidió poner en marcha, en una Europa de posguerra, un festival de música en el que podían participar todos los miembros activos de la misma, y en los que sería retransmitido de forma simultánea.

Los miembros activos son los que entran dentro del Área de Radiodifusión, que además del continente europeo, abarca parte de Oriente Medio y el norte de África. Los participantes, realmente son representantes de las televisiones públicas, no de los países.

Los cinco países que realizan el mayor aporte económico a la UER son Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España, que en Eurovisión forman el Big Five. Tienen la ventaja de pasar directamente a la final, junto con el país anfitrión, sin la necesidad de ser preseleccionados en las semifinales que se realizan el martes y jueves de la semana eurovisiva, desde el año 2000.

Esta realidad ha provocado las quejas de muchos países, ya que pueden quedarse fuera en las semifinales aunque sus propuestas sean de mejor calidad que las de los países del Big Five. Además, en los últimos 18 años, estos cinco países han ostentado, en general, la peores posiciones, quedando últimos por lo menos en una ocasión (Alemania y Reino Unido 3 veces), salvo Italia.