Alexandra Fernández: Kollontai a la galega

La política de En Marea, Alexandra Fernández, durante una rueda de prensa en el Congreso de los Dipuatos.
La política de En Marea, Alexandra Fernández, durante una rueda de prensa en el Congreso de los Dipuatos.
GTRES
La política de En Marea, Alexandra Fernández, durante una rueda de prensa en el Congreso de los Dipuatos.

El 12 de octubre de 1960 dio la vuelta al mundo la imagen del soviético Nikita Kruschev enarbolando un zapato negro en la asamblea general de la ONU. El 13 de diciembre de 2015 saltó a Internet la imagen de la gallega Alexandra Fernández agitando una bota roja en un mitin en Cangas de Morrazo. Tiene carácter, visión escénica e ideas claras: las suficientes para montar en Vigo el movimiento de Marea, para ganar con el 67% de los votos las primarias de Anova-Irmandade Nacionalista, la escisión del BNG encabezada por Beiras, y para llegar al parlamento como representante de la coalición En Marea, donde su partido convive con Podemos y Esquerda Unida.

Accede a su primer empleo estable con 27 años y 1.678,94 euros, en dos cuentas corrientes; los ganó echando horas en la hostelería y como monitora de tiempo libre. No tiene casa ni coche ni ha terminado aún –le falta el proyecto fin de carrera- los estudios de Arquitectura y Urbanismo que cursa en la Escuela Superior de Vilanova de Cerveiro, Portugal. Pertenece a la Asociación Bou Eva, que debe su nombre a un trágico episodio de la Guerra Civil: ocho antifranquistas acorralados, cuando intentaban escapar en un barco, eligieron el suicidio colectivo antes de entregarse.

Muchos tuvimos primera noticia de su existencia el 23 de enero de 2016, cuando visitó por primera vez al Rey. Vestía zapatos negros de suela gruesa, con cordón y lazada, que ese día estuvieron todo el rato en su lugar natural, pantalón negro, camiseta negra y camisa negra estampada con pájaros de colores. Su aire moderno contrastaba con el traje convencional de Felipe VI, a quien miraba de abajo arriba por razones meramente físicas: el jefe de Estado le saca la cabeza. En todo momento le dedicó una ancha sonrisa –es mujer de facciones anchas y sonrisa frecuente- y un respetuoso tuteo: "Yo lo tutee, con respeto claro está, pero también con naturalidad, para demostrar que todos somos iguales"

Nació el 21 de octubre de 1988, el día en que Pilar Miró, otra mujer con carácter y visión escénica, anunció que dejaba la dirección de RTVE, harta de que los guerristas la acosaran por quitameallá esos jerseys. Se metió en política "para hacer una democracia participativa", votaría sí en un referéndum sobre la independencia de Galicia y, después de tomar unas cuantas plazas en el 15M, aspira a ser portavoz de los indignados: "Representamos a una generación formada que no tiene futuro en este país y estamos hartos de ser personas invisibles". Los votos de 158.824 pontevedreses le han dado visibilidad que reclamaba. La usará para defender "los intereses de Galicia" y hacer política "para la gente y no para los bancos". En su Twitter toma el apellido de otra Alexandra, Kollontai; revolucionaria, comunista y feminista rusa, pasó a la Historia como la primera mujer que ocupó un puesto en un gobierno y como autora de una novela de sugestivo título: La bolchevique enamorada.

Alexandra Fernández Gómez

  • Vigo, 1988.
  • Estudiante de Arquitectura y Urbanismo.
  • Diputada por Pontevedra del Grupo Podemos-en Comú Podem- En Marea.
  • Portavoz adjunta de la Junta de Portavoces del Congreso de los Diputados.
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