En torno a 2.000 viviendas sociales de alquiler para familias pobres, ayudas para inquilinos que se triplican este año, oficinas públicas de orientación y ayuda contra las ejecuciones hipotecarias... Tanto el Gobierno de Aragón como el Ayuntamiento de Zaragoza han redoblado esfuerzos para tratar de combatir el aluvión de desahucios que desde hace años registra la comunidad (en torno a 150 al mes de media) y sin embargo las ayudas públicas, que este año vuelven a aumentar, siguen quedándose cortas y no dan de sí.

El Gobierno de Aragón incrementa este ejercicio la partida que destina a las ayudas a los inquilinos para el pago de alquileres de 1,5 a 4,7 millones de euros y desde hace meses ha incrementado los contactos con municipios de toda la comunidad para ampliar la red de bolsas de alquiler. Sin embargo, el esfuerzo es insuficiente.

El número de desahucios  se mantiene estable, con altibajos que en el tercer trimestre del año pasado (últimos datos del Consejo General del Poder Judicial) supusieron un aumento del 0,3% tras un semestre de ligero retroceso.

De enero a septiembre de 2014 hubo en todo Aragón 1.273 lanzamientos ejecutados por los jueces de la comunidad, frente a los 1.349 del mismo periodo de 2013. "Lo que más aumenta es el desahucio en casos de alquiler", matiza Pablo, miembro de Stop Desahucios de Zaragoza.

La plataforma asiste en sus reuniones semanales a una media de 150 afectados por desahucios o problemas para pagar sus alquileres e hipotecas. Y pone una cifra a la necesidad actual de vivienda. "Se necesitan unos 5.000 pisos de alquiler social", explican. Ahora mismo hay algo más de 300 de la DGA y unos 1.600 del Ayuntamiento de Zaragoza.

Stop Desahucios, que este año impulsará la presión social con nuevas manifestaciones y protestas masivas relacionadas con las elecciones, alerta de que el alto número de desahucios está llevando a más okupaciones de pisos vacíos (en 2013, último año con datos, hubo casi un centenar de diligencias previas por este delito) y de hacinamiento de familias enteras en habitaciones pequeñas.