Después de la muerte del Papa, Eduardo Zaplana afirmó que el presidente del Gobierno había evitado “deliberadamente” pronunciarse sobre la muerte de Juan Pablo II.

Zapatero respondió argumentando que no tuvo ocasión de hacer una declaración pública y que “nunca” le ha gustado “entrar en competición en lo que respecta a los duelos y expresarlos”.

Tras conocerse el fallecimiento de Juan Pablo II, Zapatero envío un telegrama de pésame al Vaticano en el que expresó el "hondo pesar" del Ejecutivo por la muerte del Papa, al que recordó como "una de las figuras mundiales más relevantes de la historia reciente".

Los Reyes tampoco se han quedado fuera de la polémica. Los sectores más conservadores critican que no hayan hecho una declaración oficial tras la muerte de Juan Pablo II, aunque un portavoz de la Casa Real trasmitió a los medios que habían recibido la noticia “con profundo dolor”.

Diputados sentados durante el minuto de silencio

La polémica en torno a las reacciones políticas tras la muerte del Papa también llegaron al Congreso. Manuel Marín pidió a los parlamentarios que se pusieran en pie para guardar un minuto de silencio, pero algunos diputados socialistas, entre ellos Elisenda Malaret y Montserrat Colldeforns; de ERC -Joan Puigcercós, Joan Tardá, Agustí Cerdá, Rosa Maria Bonás y Jordi Ramon- y Joan Herrera (IU-ICV), se quedaron sentados.

La noticia ha trascendido las fronteras de nuestro país y el diario The Guardian se ha hecho eco de la polémica

Críticas en el sentido contrario

Sin embargo el ente público, Televisión Española, ha recibido críticas en el sentido contrario. El Consejo Provisional de Informativos (CPI) ha criticado el "tono" dado por la televisión pública a la información sobre la muerte del Papa. Consideran que se ha dado un tono de "botafumeiro", "sin análisis ni crítica".

Los periodistas hicieron un llamamiento a la "distancia" informativa, pues, entiende, "somos informadores, no propagandísticas católicos".

La declaración de luto oficial en todo el Estado también recibió críticas. Juan Varela reflexionaba en Periodistas 21 en torno a esta medida y el tratamiento que se le estaba dando a la noticia en los medios en un Estado definido como aconfesional. "La supuesta ofensiva anticatólica del gobierno y la izquierda parecen haberse desvanecido con el óbito papal".

La delegación española, rumbo a Roma

Mientras continúa la polémica, la delegación española viaja rumbo a Roma. El ex presidente del Gobierno español Leopoldo Calvo Sotelo, así como el ministro de Defensa, José Bono, y los presidentes autonómicos Juan José Ibarretxe, Pasqual Maragall y Francisco Camps asistirán mañana al funeral por el Papa Juan Pablo II.

También estará presente mañana en la Plaza de San Pedro el alcalde de Santiago de Compostela, José Sánchez Bugallo.

El resto de las cuarenta plazas concedidas a España será para parlamentarios de diversos grupos políticos.

La delegación oficial española estará encabezada por los Reyes de España y estará compuesta, además, por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos; y el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy.

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