La kombucha es una bebida milenaria no alcohólica que ya utilizaban en China hace 2000 años. Este líquido se consigue gracias a la fermentación natural de té y azúcar, que lleva a cabo una colonia de bacterias y levaduras llamada Scoby. Durante la fermentación, el Scoby se come casi todo el azúcar y produce esas burbujas tan características que convierten a la kombucha en un refresco delicioso y, sobre todo, extra saludable.
Es precisamente la fermentación la que permite que el té se transforme en un líquido con gran cantidad de minerales (hierro, potasio, zinc, calcio, magnesio), vitaminas (B1, B2, B3, B6, B12, C, D, E, K y ácido fólico) y ácidos orgánicos esenciales, que hace siglos llamaban 'el hongo de la inmortalidad' precisamente por sus múltiples efectos beneficiosos sobre el organismo.
En lo que supone un paso hacia delante en el uso de la kombucha, empiezan a comercializarse cosméticos que la utilizan como ingrediente esencial, por sus propiedades hidratantes, antioxidantes y antibacterianas.
Para conocer a fondo en qué consiste este nuevo uso beauty hemos hablado con dos expertas en la materia, la biotecnóloga y cosmetóloga de Byoode Sonia Ferreiro y la directora técnica de Advanced Nutrition Programme Sole Urrutia.
Efectos de la kombucha en el microbioma
Como hemos explicado anteriormente, la kombucha se produce por una fermentación de té, y en los últimos años ha ido ganando adeptos por su elevado contenido en probióticos.
Y es que los probióticos de los que tanto oímos hablar "mejoran el microbioma del intestino y ayudan a mejorar el organismo en general. El secreto está en que contribuyen a que las bacterias denominadas 'buenas' proliferen y cumplan su misión", explica la cosmetóloga Sonia Ferreiro.
¿Cómo encaja la kombucha en los productos cosméticos?
"Cuando llevamos este líquido fermentado al terreno de la cosmética, debemos vehiculizarla y tratarla de manera especial para que tenga la capacidad de penetrar realmente en la piel y no se quede en la superficie", dice Ferreiro.
Para ello, "este producto fermentado se acompaña de agentes lipídicos que le ayudan a penetrar en el tejido y traspasar después la barrera hidrolipídica de la piel".
El estado de nuestra piel es, aproximadamente, resultado en un 30 por ciento del cuidado tópico y en un 70 por ciento de lo que ingerimos. Por eso "es importante combinar ambas vertientes: tratar la piel desde dentro para que se vea bien por fuera y completar con tratamiento cosmético que nos permita tratar y proteger la capa más superficial de la piel”, expone Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
Cuando nos tomamos un probiótico, éste se encarga de equilibrar la microbiota al incrementar o regular el tipo de bacterias que la conforman, de manera que las que llamamos 'bacterias buenas' predominen.
Probióticos (como la kombucha) para los problemas de la piel
Muchas de las afecciones de la piel pueden deberse a una microbiota desestabilizada. De este hecho pueden surgir, incluso, patologías como el acné o la rosácea, por ejemplo. "Si aportamos probióticos, ya sea mediante kombucha u otros fermentos, mejoraremos la resistencia de la piel al verse ésta mucho más equilibrada. Así evitaremos los procesos inflamatorios y conseguiremos reforzar la función barrera de la piel", explica Sole Urrutia.
Cuando añadimos probióticos al organismo, tanto por vía tópica como por suplementación, "conseguimos equilibrar esa flora bacteriana y promover que, con el uso continuado, el tejido se vea mucho más equilibrado, uniforme, fuerte y resistente para soportar las agresiones externas", añade la experta de Advanced Nutrition Programme.
Los probióticos como la kombucha "ayudan a retener mejor la humedad, a que sean aún más efectivos los cosméticos que utilizamos en nuestra rutina diaria, y también a ralentizar el envejecimiento ocasionado por los procesos inflamatorios", concluye.
La kombucha también cuida la piel 'desde dentro'
En países como el Reino Unido, más del 75 por ciento de la población incluye la suplementación en sus rutinas skincare. En España, sin embargo, aún vamos por detrás en este hábito recomendable para mejorar la calidad de nuestras pieles.
"La suplementación nos permite cuidar la piel desde dentro, sobre todo en aquellas capas a las que la cosmética no puede acceder. Los probióticos son la estrella de la ecuación: nos ayudan a absorber mejor otros nutricosméticos que tomamos y, además, equilibran las bacterias de la flora intestinal, regulando la microbiota del organismo que proporciona salud a la piel”, comenta Lorraine Perretta, directora de nutrición de Advanced Nutrition Programme.
En este sentido, las expertas coinciden en afirmar que la mejor opción es tomar suplementación de probióticos para lucir una piel radiante, y también incorporar estas fermentaciones (como puede ser la kombucha) en nuestros productos cosméticos.
Byoode, sin ir más lejos, acaba de lanzar su Nopal & Kombucha Metaphor, esencia facial bifásica entre un tónico y un sérum, de acción antioxidante, protectora y calmante, que mejora la barrera de la piel.
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