La frase o expresión 'dar calabazas' parece proceder de la antigua Grecia, cuando esta fruta se consideraba un alimento antiafrodisíaco. Por ello, se creía que ofrecer una calabaza a alguien era una forma de indicar que abandonara sus impulsos, porque no había interés por la otra parte.
Esta reputación de ser un alimento que apacigua el fuego de la pasión continuó durante la Edad Media, cuando el clero recomendaba utilizar las pepitas de las calabazas para realizar las oraciones, porque ayudaban a alejar los pensamientos lascivos e impuros. Alternativamente, comer las pepitas simbolizaba comprometerse con el voto de castidad.
Evolución de la expresión
Con el paso del tiempo, la expresión ha ido evolucionando. Tal como recoge Wikilengua, durante la época de Miguel de Cervantes, siglo XVI, el significado de 'dar calabazas' ya se comienza a utilizar en el contexto sentimental del noviazgo y su concepto se hace más amplio, incluyendo "desairar y no conceder a alguien lo que pide". Tal como en la actualidad, que se utiliza para referirse al rechazo de cualquier tipo, no solo al amoroso.
Previo al siglo XX, en las zonas rurales de Cataluña, la calabaza se utilizaba para expresar a un pretendiente que no era aceptado por la familia de su interés sentimental. Si al ir a su casa, le ofrecían fuego para encender un cigarro, significaba que despertaba las simpatías y el interés de los que podrían convertirse en su futura familia política, pero ofrecerle un plato de calabazas implicaba un mensaje mucho más ingrato: que no era bien recibido y debía abandonar la casa.
Este es su otro significado
Si bien este es el significado más utilizado y reconocible para todo el mundo, la expresión también puede significar "puntuación de suspenso en un examen" en el Diccionario de la lengua española.
Los históricos personajes de tebeo Zipi y Zape, creados por el autor español José Escobar en la década de 1950, solían aparecer habitualmente en las viñetas humorísticas recibiendo calabazas por suspender asignaturas.
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