Conoce la nueva variante del ghosting: aún más perjudicial para la salud mental

La diferencia con el ghosting es el tiempo en el que se produce esa ruptura, porque el slowfading es mucho más sutil, pero también mucho más doloroso. Este tipo de prácticas pueden provocar un efecto de incertidumbre que afecte a la autoestima.
La nueva variante del ghosting aún más perjudicial para la salud mental
La nueva variante del ghosting aún más perjudicial para la salud mental
La nueva variante del ghosting aún más perjudicial para la salud mental
La nueva variante del ghosting aún más perjudicial para la salud mental

Nuevo término a analizar en el campo de las rupturas sentimentales. Hasta ahora, todos o casi todos, conocíamos de cerca el ghosting, y es que, a decir verdad, en los últimos años se ha convertido en un fenómeno común que cuatro de cada diez personas en España han vivido alguna vez. Este neologismo proviene del inglés (desaparecer como un fantasma) y está relacionado con implicaciones perjudiciales para la salud mental

En resumidas cuentas, sirve como referencia para definir la práctica de desaparecer sin previo aviso y sin dejar rastro de una relación que, de forma habitual, se ha mantenido en el ámbito online y las nuevas tecnologías. Lo que muchas personas no conocen es la técnica psicológica del slowfading, la nueva variante del ghosting.

Dicho de otro modo, en la práctica trataría de ir alejándose con respuestas ambiguas o monosílabos sin que casi lo notes. Es decir, el receptor de tus mensajes irá manteniendo un comportamiento de alejamiento, distancia y falta de interés, aunque de una manera sutil, es decir, no cortará la conversación de forma abrupta de un día para otro, como suele ser la tónica habitual en el ghosting. 

Esto puede ser muy confuso y crear en ti un efecto de incertidumbre, y es normal, porque realmente no entiendes nada. La falta de cierre emocional y la ausencia de explicaciones pueden generar dudas persistentes, atribución de culpa, ansiedad y desconfianza hacia los demás. La inquietud acerca de la razón detrás de la desaparición de alguien cercano puede ser especialmente difícil de manejar. 

¿Qué es el slowfading? El ghosting 2.0

Esta práctica puede darse en diferentes tipos de relaciones sociales, no obstante, es bastante frecuente en parejas, donde el vínculo suele ser más intenso. Justo en este sentido, conviene saber que este vocablo proviene también del inglés, y está compuesta por un juego de palabras: slow, o lo que es lo mismo, lento, y fade, es decir, desaparecer. 

El slowfading conlleva que la persona con la que estás o simplemente estás conociendo, va dejando de mostrar interés poco a poco, creando inseguridades sobre tu rol de pareja y generando dudas sobre la relación, lo cual tiene un gran impacto en la autoestima de quien lo sufre. Pero, ¿a qué patrón de comportamiento responde este fenómeno social cada vez más extendido? 

Personas evitativas o inmaduras emocionalmente

Nos encontramos con personas inmaduras emocionalmente, que en vez de comunicar que algo no les hace sentir bien o poner fin a una relación argumentando sus pensamientos, deciden la solución más fácil o rápida para ellos en ese momento, que es huir o desaparecer sin dar señales de vida. Asimismo, existe un patrón de personalidad evitativa, que tiende a huir cuando se generan situaciones incómodas, en vez de comunicar lo que siente o piensa para dar solución a la situación de alguna forma.

Esto, evidentemente, puede generar importantes consecuencias en la salud mental de quien lo sufre, como la duda permanente, atribuirse a uno mismo la responsabilidad de lo ocurrido, ansiedad, desconfianza hacia los demás o problemas de autoestima, ya que una persona que nos importa desaparece de repente, sin dejar rastro y los seres humanos no toleramos bien la incertidumbre, necesitamos saber qué ha pasado y por qué, para reducir nuestro malestar.

Cómo superar el slowfading sin dañar tu autoestima 

El primer paso es tomar conciencia de que la persona que nos importa ya no está o se está yendo gradualmente. No podemos controlar la decisión del otro, es decir, las personas vienen y se van de nuestras vidas, a veces de forma conciliadora y otras, aunque no es apropiado, de una manera que nos puede dañar. Por lo que, como consecuencia, habrá que intentar ordenar nuestras ideas y crear un relato de lo sucedido, lo cual sirve para sumar esta vivencia a nuestra historia de vida, como algo que simplemente ha sucedido y que cada vez nos va a generar menos dolor.

Si se prefiere, una técnica de sanación pasa por compartir lo sucedido con personas de nuestro círculo más íntimo. Abrirse y hablar sobre la experiencia con amigos y familiares de confianza es fundamental para practicar la ventilación emocional, lo que facilita la expresión de emociones y proporciona apoyo afectivo. Es momento entonces de no culparse ni castigarse.

Por lógico que parezca, es vital entender que no somos responsables de la decisión de la otra persona de desaparecer sin dar explicaciones. Cada individuo es responsable de sus acciones, no de las acciones de los demás. No obstante, permitirse sentir enfado o tristeza es parte del proceso de duelo, al fin y al cabo es una pérdida de alguien que nos importa.

Ser amables con nosotros mismos y no criticarnos en momentos de vulnerabilidad nos ayuda a relacionarnos con nosotros mismos desde el cariño y no desde la crítica destructiva. En cualquier caso, tampoco hay que descuidar el autocuidado. Practicar actividades que nutren y aportan bienestar, rodearse de personas de confianza y evitar replicar el comportamiento recibido son pasos importantes.

No obstante, si las emociones persisten y afectan negativamente la calidad de vida, se recomienda buscar ayuda profesional de la salud mental, lo cual puede ser altamente beneficioso. Un terapeuta puede proporcionar herramientas para superar el impacto emocional del slowfading.

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