El cerdito Humphrey tiene once meses, vive junto a sus dueños y a su mejor amiga Lilylou, una perrita. Su dueña, Julie Woodward, dice es un animal muy limpio y que cada vez que necesita hacer sus necesidades va a la misma trampilla que Lilylou.

Como se puede ver en el vídeo y asegura su dueña, cuando el animal llega al salón "coge un cojín del sofá y se tumba a mis pies con la cabeza sobre él. Le encanta que le froten la barriga hasta que se queda dormido. Se cree un perro".

Esta familia no es primeriza en tener cerdos como mascotas. En 2011 acogieron una cerdita y a su fallecimiento se quedó un gran vacío en la familia, como cuenta Julie.

Una inglesa se da cuenta de que su perro no es desobediente, sino que solo hace caso si le habla en español

Cuatro meses después de la pérdida de su primera cerdita Mss Wiggy se encontró con un niño que vendía cerdos: "Fui a echar un vistazo y me enamoré de Humphrey al instante. Son tan cariñosos, tiernos e inteligentes".

Cuando alguien abre la caja de galletas Humphrey va corriendo a sus pies y hasta puede darles un beso a cambio de una.

A día de hoy Humphrey es uno más de la familia. Según cuenta Julie, su momento favorito del día es la cena "hace saber a todos que está emocionado chillando mientras come".