El Atlético de Madrid consiguió igualar un partido frente al Arsenal que se había puesto francamente mal. En el minuto 9, Vrasljko fue expulsado después de ver dos cartulinas amarillas consecutivas, lo que evidentemente dejó al equipo colchonero en una situación realmente delicada. A partir de ese momento el Atleti comenzó a defenderse con uñas y dientes, y a la gran actuación del colectivo se sumaron momentos individuales de gran nivel, especialmente enfocados en las figuras de Oblak y Griezmann.

Por si fuera poco, el equipo madrileño se quedó sin el habitual aliento de Diego Pablo Simeone, que después de ver cómo era expulsado el lateral croata, enloqueció en la banda, lo que provocó su expulsión. Probablemente un acicate más para que los hijos del Cholo se volvieran literalmente locos cuando en el tramo final de encuentro, Griezmann consiguió cazar una contra y poner un 1-1 que deja al Atlético de Madrid en una gran situación de cara a acceder a la final de Lyon.