
El Cholo Simeone perdió los papeles en los primeros minutos del partido entre el Atlético de Madrid y el Arsenal de ida de semifinales de la Europa League en el Emirates Stadium. Al entrenador del Atlético le alteró la expulsión de Vrsaljko cuando apenas se habían disputado 10 minutos de partido.
El lateral croata vio la primera amarilla a los tres de partido por una entrada a Wilshere. El colegiado, pese los pocos minutos transcurridos, le sacó la tarjeta que, aunque discutible, ya condicionó al jugador rojiblanco para el resto del encuentro.
Sin embargo, Vrsaljko no entiende de frenos y cuando transcurría el minuto 10 entró con dureza sobre Lacazette y le propinó un fuerte pisotón. Amarilla clara, sin dudas para el árbitro.
Ahí comenzó el lío. Vrsaljko protestó enérgicamente la decisión e incluso se marchó a regañadientes y se mantuvo en el túnel de vestuarios unos segundos protestando mientras miembros del cuerpo arbitral le indicaban que se marchara a vestuarios.
Simeone no controló la situación
Fue entonces cuando Simeone no pudo controlar sus nervios y dirigió insultos repetidos sin miramientos al colegiado, llamándole, según se pudo leer en los labios del técnico 'hijo de puta' en varias ocasiones. El árbitro, el colegiado francés Clement Turpin, no dudó en expulsarle.
Aunque el 'Mono' Burgos trató de disuadirle, la sangre caliente de Simeone no le permitió pensar en la situación en la que dejaba al equipo tras el golpe de quedarse con 10 al inicio de partido.
Unas protestas que, de reflejarse los insultos en el acta, le pueden costar muy caras el entrenador del Atlético.
A raíz de las expulsiones, comenzó el asedio continuado del Arsenal, que puso contra las cuerdas a Oblak.
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