El Girona ha entrado en escena en el marco de la ‘Operación Oikos’ para defender sus intereses. El club catalán, teóricamente descendido al terminar LaLiga en 18ª posición, se ve directamente afectado por las supuestas irregularidades registradas en el partido del Valladolid contra el Valencia, ya que una posible sanción al equipo de Ronaldo podría darle la permanencia en Primera.

Las sospechas de amaño en ese partido exponen al equipo vallisoletano a la pérdida de seis puntos, una sanción que le dejaría en la 18ª posición y, por tanto, conllevaría su descenso a Segunda al quedarse a dos puntos del Girona.

Por ello, el club catalán se ha personado en la causa que se instruye en el Juzgado número 5, en Huesca, informa El Mundo, y se agarra a la máxima categoría al solicitar la apertura de un expediente al Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol.

Las medidas que propone incluyen una excepcional: mantener una Liga de 21 equipos a la espera de que finalice el proceso judicial y se aclaren las presuntas irregularidades que ponen en duda lo acontecido en Valladolid durante el partido de la última jornada de LaLiga

El Girona cifra el impacto negativo de su descenso en 40 millones y se reserva el derecho de iniciar acciones legales en el futuro y exigir una compensación en caso de no tomarse ninguna medida.

El escrito fue enviado al Comité de Competición para iniciar la apertura del expediente y solicita que se acelere en lo posible la investigación del caso, en la que el presunto cabecilla de la trama de amaños de partidos, Carlos Aranda, habla de”siete jugadores del Valladolid comprados".