El récord imposible que busca Tim Howell, el hombre con alas, en el deporte más peligroso del mundo

Tim Howell durante uno de sus saltos anteriores.
Tim Howell durante uno de sus saltos anteriores.
Tim Howell
Tim Howell durante uno de sus saltos anteriores.

El británico Tim Howell tiene la intención de llevar a cabo el salto y vuelo en traje de alas desde la mayor altura de la historia.

 Tim Howell ya está en sus rondas de aclimatación para ascender la cuarta montaña más alta del mundo, el Lhotse, de 8.516 metros.

Howell llegó al Himalaya hace un par de semanas tras hacer sus últimos entrenamientos en los acantilados de Suiza. Poco antes, había realizado el salto y vuelo en traje de alas desde el Aconcagua (6.961 m) en Argentina, y cuenta con mucha experiencia obtenida en diferentes saltos durante su carrera. 

El plan de Howell ahora es superar el récord de altura del punto de salida y vuelo en traje de alas existente, un récord que hasta ahora pertenece al ruso Valery Rozov, quien en 2016 logró hacer el salto en traje de alas desde la altura de 7.700 metros en el Cho Oyu, volando hasta un glaciar y aterrizando con su paracaídas a 6.600 metros. Rozov, uno de los mejores saltadores BASE batió su propio récord, fijado por él mismo en 2013, cuando había saltado desde los 7.220 metros en la cara norte del Everest. El aventurero ruso murió en 2017 en un salto en traje de alas en una de las montañas más bellas del planeta, el Ama Dablam (6.812 m) en Nepal, al estrellarse contra una de las caras del pico tras saltar.

Tim Howell quiere superar los registros anteriores y planea saltar y volar desde más de 8.000 metros. El deportista británico ascenderá por la ruta normal del Lhotse (que en su primera mitad comparte la misma ruta que el Everest), y tiene la intención de usar oxígeno embotellado hasta llegar a su punto de salida de donde realizará el salto y el vuelo, ya sin oxígeno suplementario lógicamente, para mayor estabilidad durante el vuelo. De acuerdo a Howell, este proyecto entre manos trata más del salto en sí que del estilo de la ascensión a la montaña, y ha añadido que si logra batir el récord de altura del salto, quedaría otro reto vacante para los saltadores, que sería escalar en un estilo más puro, sin oxígeno suplementario y sin cuerdas fijas, antes de saltar.

Howell apunta que tratará mantener la mente en calma en el punto de salida cuando la exposición es abrumadora, y antes de saltar visualizará los movimientos que tendrá que hacer.

El salto en traje de alas se puede considerar como el deporte extremo más peligroso del mundo. Hoy en día, gracias a las cámaras Go-Pro que llevan los pilotos fijados en el casco, podemos contemplar el vuelo de estos deportistas con imágenes impactantes, y por unos minutos incluso podemos llegar a sentir como suena el viento y como el ser humano se convierte en un ave, aunque todo sea una ilusión temporal. 

Sin embargo, hay que apuntar que el ratio de muerte en este deporte es altísimo. Los practicantes de esta modalidad de salto son personas formadas para ello, no unos locos a los que se les da saltar en traje de alas sin ninguna preparación. Aun así, en el salto en traje de alas nada está escrito y no existen garantías. Aparte de las condiciones meteorológicas y las corrientes del aire a afrontar, el propio saltador tendrá que llevar a cabo su plan tras haberse desgastado físicamente durante la ascensión a lo alto de la montaña, y no puede cometer ni el más mínimo fallo durante la ejecución del salto en la coordinación de los movimientos, porque en este deporte no hay segundas oportunidades para el fallo.

La primera persona en intentar realizar un salto en traje de alas fue Franz Reichelt, un sastre austríaco-francés, quien confeccionó una especie de combinación de paracaídas y traje de alas en 1912. Reichelt solicitó un permiso especial para saltar desde la Torre Eiffel en París. En la fría mañana del 4 de febrero de 1912, Reichelt de 33 años se lanzó desde la primera plataforma de la Torre Eiffel. Su paracaídas no se pudo desplegar y el sastre aventurero murió en el acto estrellándose contra el suelo.

Desde aquel entonces todo ha cambiado y el deporte ha evolucionado. Hace dos años, tres figuras destacadas en esta modalidad, Fred Fugen, Vincent Cotte y Nic Scalabrino, lograron llevar a cabo el vuelo en traje de alas más largo de la historia, cuando saltaron de un helicóptero y sobrevolaron en traje de alas el Mont Blanc durante 7,5 kilómetros.

La americana Stephanie Davis fue una de las primeras personas del mundo quien combinó la escalada de roca con el salto BASE y en traje de alas, actividad que sigue haciendo a sus 50 años, aunque con menor intensidad. El primer marido de Davis, ya tras el divorcio, el gran Dean Potter, y luego su segundo marido y a su vez un saltador excelente, Mario Richard, ambos perdieron la vida en sendos saltos en traje de alas.

El objetivo actual de Howell es de máxima dificultad, y se espera que lo haga durante este mes de mayo.

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