A las puertas del Shisha Pangma: China deja a decenas de escaladores tirados y sin poder entrar al Tíbet

Moeses Fiamoncini durante el trekking en la región de Langtang, mostrando el Shisha Pangma, a 24 kms de distancia.
Moeses Fiamoncini durante el trekking en la región de Langtang, mostrando el Shisha Pangma, a 24 kms de distancia.
Moeses Fiamoncini
Moeses Fiamoncini durante el trekking en la región de Langtang, mostrando el Shisha Pangma, a 24 kms de distancia.

Ayer se confirmó definitivamente que las autoridades chinas, a pesar de las expectativas, no darán permiso de entrada en el Tíbet esta temporada para los montañeros que tenían el objetivo de escalar el Shisha Pangma (8.027 metros), la decimocuarta montaña más alta del mundo.

Más de 17 días han esperado decenas de personas para obtener el permiso de entrada y de escalada en el Tíbet. Un intervalo de tiempo que han aprovechado en la zona de Langtang, en territorio nepalí, cerca de la frontera, haciendo un trekking en el que han subido algunos picos de más de 5.000 metros con el fin de aclimatarse. Ahora tendrán que reinventarse... o irse a casa por donde han venido.

El italiano Mario Vielmo, el brasileño Moeses Fiamoncini y el húngaro Csaba Varga, se encuentran entre los escaladores que tenían la intención de ascender el Shisha Pangma —el último pico de más de 8.000 metros en ser escalado por primera vez, en 1964— sin el uso de oxígeno suplementario, pese a que China puso como condición este año que sería obligatorio usar oxígeno embotellado a partir de los 7.000 metros en sus montañas. Pero, ni los sherpas nepalíes, ni otros clientes van a poder acceder a dicha montaña en esta primavera.

También hay varios grupos que en la presente temporada quieren escalar el Everest desde el lado tibetano y continúan esperando el permiso. Para ellos, aún podría haber esperanza, pues la prohibición de entrada de momento parece que se aplica sólo al Shisha Pangma.

La tragedia del año pasado en el Shisha Pangma

El pasado otoño las autoridades chinas sí que permitieron el acceso al Shisha Pangma. Sin embargo, todo se paralizó cuando dos escaladoras estadounidenses, acompañadas por sus sherpas y en plena competición para ser la primera mujer americana que completara los 14 "ochomiles", murieron en dos avalanchas que tuvieron lugar el mismo día. 

En ese accidente, el cuerpo de una de ellas y el de su sherpa fueron encontrados y bajados al campamento 2 para la posterior recogida de los cuerpos en esta primavera, con la intención de repatriarlos. El cuerpo de la segunda y el de su sherpa nepalí, sin embargo, desaparecieron.

Por eso, la noruega Kristin Harila ha organizado una operación de recuperación de cadáveres para ir a buscar el cuerpo de su amigo sherpa y el de la otra escaladora en este mes, aunque por el momento no hay ninguna noticia de que si estas dos operaciones de recuperación de cadáveres siguen en marcha o no. Eso sí, la noticia tajante de ayer parece que será válida también para los grupos de búsqueda ante la prohibición de entrada en el Tíbet, la región autónoma de China.

Kawaguchi, Gansser y los disfraces de monjes budistas

Cuatro de las cinco montañas más altas del mundo que siguen inescaladas están relacionadas con el Tíbet: el Kangkar Punzum, conocido también por el nombre de Gankhar Puensum, es el pico más alto virgen (7.570 metros), y está ubicado en Bután; el segundo más alto inescalado es el Lapche Kang II, de 7.250 metros (en el Tíbet); el tercero de la lista es el Apsarasas Kangri I de 7.243 metros (en la región de Cachemira, territorio disputado entre la India, China y Pakistán); la cuarta montaña inescalada más alta del mundo es el Karjiang I de 7.221 metros (en el Tíbet, en la frontera con Bután), y la quinta es el Tongshanjiabu, conocido también por el nombre de Gyalbu Kangri, de 7.207 metros, en la frontera entre Bután y el Tíbet.

Las montañas tibetanas son prácticamente inaccesibles por el cierre de la frontera. Volviendo atrás en el tiempo, los primeros exploradores y alpinistas llegaron al Tíbet de manera ingeniosa. Uno de estos personajes fue el japonés Ekai Kawaguchi, que viajó al Tíbet y a Nepal a finales del siglo XIX. Se dedicaba a traducir libros budistas y también quiso traducir libros escritos en chino al idioma japonés. En 1897, a la edad de 31 años, se dirigió primero a Darjeeling en la India, donde permaneció varios meses, tiempo que aprovechó para aprender el idioma tibetano

Luego siguió su camino a Nepal y de allí al Tíbet, siendo el primer japonés en acceder a ese territorio prohibido para extranjeros. Para conseguirlo, se disfrazó de monje budista y llegó a los lugares más escondidos del Tíbet. Durante su viaje ganó prestigio como médico y al final, en 1900 logró entrar en Lhasa donde fue recibido por el Dalai Lama. Kawaguchi superó varios pasos de montaña del Himalya con poco equipamiento, y después de su viaje publicó un libro sobre su aventura.

Augusto Gansser vestido de monje budista.
Augusto Gansser vestido de monje budista.
Wikipedia

Otro personaje muy interesante fue el geólogo suizo Augusto Gansser, que en 1936 llegó al Tíbet junto a Arnold Heim. Gansser también se disfrazó de monje budista para poder a llevar a cabo sus investigaciones científicas, ocultando debajo de su capa el martillo de geólogo, una cámara, bocetos y una brújula. Durante su estancia en el Tíbet, los lugareños sospecharon —y con razón— de que Gansser no era ningún peregrino o monje budista. Sin embargo, curiosamente, el Dalai Lama llegó a recibirlo y, como escribió luego Gansser, "me dio una bolsa de pequeñas pastillas para librarme de toda mala suerte posible".

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