No hay un uniforme concreto para correr un maratón, lo que a veces deja lugar a vestimentas curiosas, pero lo que hizo el George Crawford en la cita de Londres fue el más difícil todavía.

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Este aficionado a las carreras populares decidió llevar su trabajo a las calles de la capital londinense. Es ingeniero desarrollador de software para la escudería Aston Martin F1 y decidió correr vestido de piloto de arriba a abajo. Literalmente: desde el casco a los guantes, la camiseta ignifuga y hasta las botas, algo que seguramente le provocaría muchas más molestias que todo lo anterior. Todo ello prestado por Lance Stroll, piloto del equipo.

Lejos de hacer un mal resultado, Crawford completó la distancia de la prueba popular en un nada desdeñable tiempo de 3 horas y 58 minutos, lo que le ha valido un récord guinness: el de corredor de maratón más rápido vestido de piloto de Fórmula 1. No confundir con los récords de corredor de maratón más rápido vestido de estrella ni el de corredor de maratón más rápido vestido de elfo.

No faltó sentido del humor: nada más acabar la prueba, hizo un 'shoey', la celebración típicamente australiana que ha popularizado Daniel Ricciardo en la Fórmula 1: beber champán directamente vertido desde la bota usada.

Además de reivindicar su labor como parte de un equipo alta competición automovilística, este reto de Crawford tenía un objetivo solidario. Su historia le hizo abrir una campaña para recaudar fondos para ayudar para luchar contra los problemas de salud mental, que durante la pandemia se han multiplicado exponencialmente.