El delantero uruguayo del Atlético de Madrid, Luis Suárez, estuvo apunto de vestir rayas negras en su camiseta, en lugar de las rojas del cuadro colchonero, y es que, cuando el FC Barcelona trabajó este verano en su salida, el primer destino que se barajó para el '9' era la Juventus.
Sin embargo, debido al limitado cupo de jugadores extracomunitarios, Suárez tenía que tramitar la nacionalidad italiana -de la que podía disponer gracias a su mujer- aprobando un examen de idioma que terminó siendo "una farsa".
Así lo ha dictaminado el fiscal de Perugia, Raffaele Cantone, meses después de que se descubriese que la prueba estaba completamente preparada para que el uruguayo la superase sin problemas, conociendo incluso las preguntas, y así poder aterrizar en el equipo turinés.
Tras la investigación pertinente, el fiscal ha decidido este viernes actuar de oficio y suspender a varios altos cargos de la Universidad de Perugia, donde Luis Suárez se examinó, como responsables del amaño de la prueba.
En el último comunicado de la Fiscalía se denuncia que "los temas del examen se comunicaron con anticipación al jugador" y que la calificación se acordó de antemano, tachando el examen de "farsa" para recibir más jugadores de la Juventus con tal fin y "devolver la publicidad positiva".
De esa manera, la rectora de la universidad Giuliana Grego, el director general de la universidad Simone Olivieri, la profesora de italiano Stefania Spina y el examinador Lorenzo Rocca, han sido suspendidos durante ocho meses por violar el secreto profesional con ánimo de lucro, además de haber sido acusados de varios delitos de falsificación de documentos oficiales.
Ahora, la directiva de la Juventus es la que se encuentra en el punto de mira del fiscal, que según el propio Cantone, cuenta con pruebas de que ejercieron para acelerar la ciudadanía de Suárez.
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