Las polémicas que marcarán la extraña temporada 2020 de Fórmula 1

Leclerc y Vettel
Charles Leclerc y Sebastian Vettel
EFE
Leclerc y Vettel

Vuelve la Fórmula 1 (nunca se fue), vuelve la ilusión. Al menos para los millones de fans que esperaban a este fin de semana del mes de julio como el maná, después del mal sabor de boca que les dejó el GP de Australia 'interruptus' por el menosprecio que hizo la competición a la mayor crisis sanitaria del último siglo.

El Red Bull Ring alberga desde este fin de semana la temporada más extraña de los 70 años de historia del Mundial, y más allá de la propia cita, habrá muchos focos a tener en cuenta para los que quieran saber dónde mirar. 

Luchas internas entre compañeros, contratos por firmar o romper, trampas técnicas... y todo en un convulso contexto en el que ni siquiera se sabe con certeza cuántas carreras habrá. Polémicas no van a faltar.

Un calendario volátil

A día de hoy, nunca mejor usada esa expresión, sólo hay ocho Grandes Premios confirmados en el calendario de 2020 de Fórmula 1. La organización está trabajando para llegar, al menos, a 15 carreras en la campaña, pero la dificultad para encontrar garantías sanitarias fuera de Europa (también dentro, pero en menor medida) reducen mucho el margen de maniobra.

Austria (dos), Hungría, Gran Bretaña (dos), España, Bélgica e Italia ya tienen confirmadas sus citas. A partir de ahí, una incógnita. El inédito Mugello o el añorado Imola se han postulado, e incluso presionado públicamente, para albergar una cita o dos más en este calendario. También el circuito portugués del Algarve o el español de Jerez, que hace no tanto servía de escenario para GPs y test de pretemporada, han levantado la mano. Otros, como el ruso de Sochi, los estadounidenses o los americanos de México y Brasil tienen bastante menos posibilidades. Allí el coronavirus aún campa demasiado a sus anchas.

Vettel, en busca de un futuro en la F1... o fuera

Antes de empezar la temporada 2020, Sebastian Vettel ya es el gran derrotado... porque ha perdido lo único imprescindible para un piloto: su asiento. El tetracampeón no correrá para Ferrari en 2021, sustituido por Carlos Sainz, y se abre un horizonte complejo para él.

Sin sitio en un equipo puntero (salvo improbable carambola en Mercedes), si quiere seguir en la Fórmula 1 tendrá que aceptar bajar a la zona media de la parrilla, donde Renault ya le tira la caña públicamente. Si no, la retirada (buscada o no, depende de cómo se mire) será obligada para él.

La decisión de Fernando Alonso

Muy relacionado con lo anterior, máxime después de las palabras de Cyril Abiteboul, jefe de Renault, está el futuro de Fernando Alonso. El asturiano no ha cerrado nunca la puerta a volver al Gran Circo, pero sí se las han ido cerrando a él. La escuadra gala se había presentado como una gran posibilidad, pero ahora ya no le ven con tan buenos ojos como hace unos meses.

Mientras acaba por valorar las opciones que le quedan, Alonso tiene entre manos la preparación para las 500 millas de Indianápolis, su gran objetivo deportivo de este año, que se disputarán el 23 de agosto. Antes, si puede, anunciará sus planes deportivos para 2021. O esa era su intención antes de la pandemia...

El activismo de Lewis Hamilton

Convertido en un adalid de la causa contra el racismo, Lewis Hamilton se ha autoproclamado la conciencia que remueve los cimientos de una Fórmula 1 que aún padece los males del siglo pasado. 

Ha conseguido que la competición emprenda una campaña de márketing para fomentar la inclusión en su deporte, que se transluce en un eslogan ("Todos corremos como uno"), un arcoíris que lucirán en todos los coches y que su propio equipo, Mercedes, cambie el plateado por el negro en señal de protesta. Incluidos los monos que ellos vestirán.

Más allá de estos gestos, se ha creado una fundación que buscará la igualdad, a la que el mismísimo Chase Carey, CEO de la F1, ha contribuido con un millón de euros. En lo social, los elogios a Hamilton han sido unánimes por convertirse en una voz discordante en el silencio que reinaba en la parrilla.

En lo deportivo, sin embargo, hay muchas más dudas. En un calendario tan corto (de momento), no hay margen para el fallo y los despistes. Este activismo del hexacampeón ha sido visto por algunos analistas como un posible foco de problemas si le hace perder la concentración en lo que realmente le importa a él, que es ganar carreras y con ello el Mundial. ¿Le pasará factura?

Verstappen y Leclerc, los agitadores del Mundial

En 2019, dos pilotos que llevan desde niños zurrándose en los circuitos de karts y en las categorías inferiores de la Fórmula 1 avanzaron la que será una de las grandes rivalidades deportivas que vienen. Max Verstappen y Charles Leclerc son, posiblemente, los grandes atractivos para que nuevas generaciones se enganchen a la competición.

Con un Vettel en semirretirada y un Hamilton que, pese a su dominio, genera dudas, las luchas entre Verstappen y Leclerc, que vivieron su primer asalto precisamente en Austria 2019, prometen volver a ser de las más interesantes que se vean en el campeonato 2020. La labor de gestión de sus equipos para que esa rivalidad no acabe en mayores será otra arista de foco.

Las 'trampas' técnicas: el DAS de Mercedes y la revolución de Hungría

No habría Fórmula 1 sin las triquiñuelas técnicas que los ingenieros encuentran cada año al retorcer el reglamento técnico. Parece que han pasado varios siglos desde que, durante la pretemporada, saliera a la luz el polémico Dual Axis System, o DAS, que Mercedes había implementado en sus monoplazas. La FIA rápidamente lo prohibió... para 2021

Eso implica que este año aún se podrán ver en las parrillas de las carreras este ingenioso sistema para ganar agarre en las curvas rápidas y que, en teoría, puede ser determinante en algunos circuitos.

No serán los únicos. Ferrari ya ha avanzado que en Hungría, primera cita después del doblete de Austria, renovarán totalmente su monoplaza después del pobre resultado obtenido en la pretemporada y que, de momento, no les invita a ser muy optimistas.

La despedida de Sainz de McLaren

Por primera vez desde que está en Fórmula 1, Carlos Sainz tiene garantizado al 100% su futuro contractual antes de empezar la temporada. Tras un 2019 que le valió el salto a Ferrari, su intención es cerrar su etapa en McLaren con buen sabor de boca.

La presión se la pondrá él mismo. Su primer podio en la F1 ya está conseguido, y tratará de impresionar no sólo a sus futuros jefes de la Scuderia, sino también a los que han sido sus compañeros durante estas temporadas.

¿Aprovechará Lando Norris que Sainz no tiene nada que demostrar para intentar meterle mano a su liderato?

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