La salida de Sebastian Vettel de Ferrari ha sido el punto de partida para uno de los mercados de fichajes más movidos de los últimos tiempos en la Fórmula 1. El propio destino del tetracampeón es una incógnita, si bien el nombre de su sustituto está más que claro: Carlos Sainz.

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El madrileño, sus agentes y su ilustre padre están acabando de cerrar los flecos (que no son pocos), los detalles mayores (duración del contrato, patrocinadores personales, sueldo, una posible contraoferta de McLaren...) y los menores (fecha concreta de incorporación, acuerdos de confidencialidad...) antes de que se anuncie su fichaje por la Scuderia, previsiblemente para este jueves.

Cuando se confirme su llegada a Maranello, comenzarán a caer piezas de dominó en el resto de equipos. La marcha de Sainz de McLaren dejará un asiento libre en un equipo en claro ascenso y candidato a ser el cuarto en el coto privado de Mercedes, Ferrari y Red Bull. Hay dos nombres, fundamentalmente, sobre la mesa para sustituir al español: el del propio Vettel y el de Daniel Ricciardo.

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El alemán tiene a su favor su veteranía, su palmarés y su innegable rapidez. En contra, su falta de temple en momentos de crisis, las heridas que arrastre de los últimos difíciles años en Ferrari y, sobre todo, sus aspiraciones económicas, a las que McLaren no podrá llegar y menos en un momento de incertidumbre financiera como la que afrontarán todos los equipos a partir de ahora.

Es por ello que la opción Ricciardo gana enteros. El australiano no se ha encontrado con el Renault potencialmente ganador que esperaba, y se siente desaprovechado en el equipo francés. 

Sin expectativas cumplidas, la progresión de McLaren y la posibilidad de ingresar en un equipo en claro ascenso le atraen demasiado como para no considerarlo, al menos. Además, el espectáculo dentro y fuera de la pista que pueden dar dos personajes como Ricciardo y Lando Norris sería un plus a tener en cuenta a la hora de mantener el seguimiento a la escuadra de Woking.

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La ecuación: si Ricciardo a McLaren, ¿Alonso a Renault?

No son pocas las voces que apuntan a que la llegada de Ricciardo a McLaren sería un buen negocio para ambos: él, un piloto rápido, experimentado y con hambre; el equipo, en crecimiento, ilusionado y con buen espíritu para crecer, amén de un ansiado cambio de motor a Mercedes de vuelta que les puede dar un plus.

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Si el sonriente australiano hace las maletas para ir a Woking, su puesto en Enstone puede acabar en manos de... Fernando Alonso. No son pocas las voces que apuntan a esta posibilidad, si bien los datos en apoyarlos son escasos. Desde el expiloto y comentarista Martin Brundle hasta el periodista Mark Hughes, son muchos los que apuntan a Renault como el destino perfecto para el regreso de Alonso a la Fórmula 1. 

Los años más felices de Fernando Alonso en la Fórmula 1 fueron en Renault, donde no sólo ganó sus dos Mundiales (a los que luego se unió en de Resistencia), sino donde además fraguó sus más fuertes amistades. Aún en el equipo anglofrancés le guardan mucho cariño y no dudan en participar en la fiesta de los rumores con publicaciones en redes que alimentan las esperanzas que desean volver a ver una tercera entrada del asturiano en el equipo.

Las aspiraciones de Alonso chocan frontalmente con esta posibilidad. Si vuelve a la Fórmula 1 en 2021 tendrá 39 para 40 años, y de hacerlo en Renault será complicado que pueda aspirar a victorias o títulos, sobre todo ahora que el cambio de reglamento previsto para 2021 se retrasará un año más. 

El hambre y las ganas de volver al paddock del Gran Circo pueden pesar más que estas circunstancias, como ya le ocurrió al histórico Michael Schumacher en su vuelta a la F1 como piloto de Mercedes tras retirarse en 2006, y Alonso alimenta las especulaciones, entrando en un juego que ha devuelto a primera plana a la competición en plena ausencia de carreras.