La final del Mundial femenino de balonmano de Japón entre España y Holanda quedó marcada por una polémica jugada a menos de diez segundos de la conclusión. Una acción que sigue dando que hablar, aunque el reglamento aclara que los árbitros se equivocaron y las 'Guerreras' pudieron colgarse la medalla de oro. 

Todo ocurrió a siete segundos del final del encuentro, cuando Ainhoa Hernández trató de estorbar el saque de la portera rival. La pareja arbitral, además de expulsarla, señalaron un tiro libre para las holandesas que sentenció el partido y el título. 

El factor clave de la acción es la posición del balón cuando la española lo toca, lo que debe interpretarse según el artículo 12.2 del reglamento. Según el mismo, "se considera ejecutado el saque de portería cuando el balón lanzado por el portero ha rebasado completamente la línea del área de portería".

Además, apunta que "se permite a los jugadores del otro equipo estar justamente fuera de la línea del área de portería, pero no se les permite tocar el balón hasta que éste haya rebasado completamente dicha línea".