Es difícil envejecer siendo un provocador. Por eso, Pedro Almodóvar tuvo que recurrir al pluriempleo y, además de cantar que quería ser mamá para enseñarle a su hijo a vivir de la prostitución, aceptó trabajos como director de cine. Fotograma a fotograma, el escándalo se fue atenuando. Ya no se trataba sólo de hacer rechinar los dientes de una sociedad hipersensibilizada tras décadas de mojigato y malpensante franquismo. Se trataba de contar historias.
A través de las coloridas ventanas de su cine, se colaron Alfred Hitchcock, Douglas Sirk, Tennessee Williams, Ingmar Bergman y otros tantos nombres que no ejercían meramente como influencias, sino como ingredientes para configurar una obra que no se parecía a ninguna otra. A Pedro Almodóvar, como a Quentin Tarantino, se le ocurren decenas de disparates que acaban deviniendo en títulos excelentes. Estos son los diez mejores.
10. ‘La mala educación’ (2004)
Empecemos por la que Almodóvar considera como una de sus tres películas favoritas. En ella, se aborda un asunto tan soslayado o rehuido por la cinematografía como la pederastia en la iglesia católica. En nuestro país, la reciente Verano rojo tiene esta monstruosidad en el centro de su diana y, fuera de nuestras fronteras, pueden seleccionarse un par de títulos más, como la oscarizada Spotlight o El club, de Pablo Larraín.
Con todo, cabe recordar que esta es una película de Almodóvar y que, por ello, no trata tanto del crimen, y mucho menos de su denuncia, como de las huellas más tenebrosas que este deja en sus víctimas. Además, ese trasfondo sombrío le sirve como excusa para rendir homenaje, el enésimo, a Hitchcock, un cineasta omnipresente en su obra. En La mala educación, no es difícil reconocer una de las películas más reconocidas del director inglés.
La mala educación está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
9. ‘Los abrazos rotos’ (2009)
Una partitura en la que Alberto Iglesias le toma las medidas a Bernard Herrmann y una interpretación magnífica de Penélope Cruz. Los abrazos rotos es una decantación del Almodóvar melodramático de Carne trémula y La ley del deseo, en la que no faltan ni la maldición del creador (esa máquina de escribir que lanza Eusebio Poncela por el balcón se convierte aquí en los ojos de Lluís Homar) ni la insólita revelación final.
Con las negras playas de Lanzarote como escenario, Almodóvar trenza una historia sobre el duelo en la que el pasado y su recuerdo conforman el auténtico abrazo roto de esta película.
Los abrazos rotos está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
8. ‘¿Qué he hecho yo para merecer esto!’ (1984)
Un perfil distinto y también genial de su autor: la elegante y detallista caligrafía cinematográfica de Los abrazos rotos es sustituida, aquí, por una dirección arrojada y más bien gamberra, idónea para reflejar la cotidianeidad del Madrid obrero de los ochenta. Pese a su inexperiencia (apenas contaba con 34 años cuando rodó esta película), ¿Qué he hecho yo para merecer esto! acaba transformándose en un titánico ejercicio de cohesión que habría derrotado a cientos de autores más veteranos, pero del que Almodóvar sale triunfador.
Ya desde su título, que arranca en un tono interrogativo y termina como una exclamación, esta película es un cóctel de elementos tan extravagantes como la telequinesis, el nazismo, la prostitución, la drogadicción o la pederastia. La amalgama va más allá de la superficie, porque ¿Qué he hecho yo para merecer esto! es, en realidad, una divertida comedia que, examinada con frialdad, no tiene ninguna gracia. Y, aun así, Almodóvar se las arregla para que nos riamos.
¿Qué he hecho yo para merecer esto! está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
7. ‘Todo sobre mi madre’ (1999)
Habían pasado casi 20 años desde su debut y justo 10 desde que viajara, por primera vez, a Los Ángeles como cabecilla de una expedición que regresó con las manos vacías. A ambos lados del Atlántico, su nombre era glosado como el de uno de los grandes autores del cine europeo. Sus películas se exportaban a mercados insólitos para un director español y nipones, islandeses o bolivianos rendían pleitesía a este contador de historias de un lugar de la Mancha del que tan bien se acordaban cuando estrenaba película.
Por eso, cuando Todo sobre mi madre se hizo con cualquier premio disponible, desde La Palma de Oro al Óscar, pasando por el Globo de Oro, el mundo ya lo sabía todo sobre Almodóvar. Y, aun así, saberlo todo no era más que prepararse para que su siguiente título volviera a coger de improviso al público. Todo sobre mi madre es una sorprendente galería de personajes: monjas embarazadas, antiguos camioneros embotados de silicona y un cambio repentino y radical protagonizado por un personaje al que interpreta Toni Cantó. Bueno, el tiempo probaría que esto último no era tan sorprendente.
Todo sobre mi madre está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
6. ‘La flor de mi secreto’ (1995)
Almodóvar perdió un pulso con esta película: el título que él habría querido para ella era el de ¿Hay alguna posibilidad, por pequeña que sea, de salvar lo nuestro?, la frase con la que Marisa Paredes trata de retener a un adusto Imanol Arias que, inexorablemente, se batía en retirada. De nuevo, con La flor de mi secreto, el cineasta se sumerge en las dobles identidades y en esos amores imposibles que propician concesiones aún más imposibles de aceptar. Todo esto, ensamblado mediante una de las mejores direcciones del manchego y un monumental trabajo de Paredes.
Echanove no quedó muy satisfecho con el método de su jefe: en el pódcast Casa Paco, se quejó de su apuesta por controlar al milímetro cada gesto de su reparto. Nada de improvisación. Nada de espontaneidad. El decorado de sus películas está tan supeditado al control de Almodóvar como el rostro de sus protagonistas. Por eso, quizá, hay pocos directores de actores de la talla del manchego, capaz no sólo de sacar lo mejor de los mejores, sino de amortiguar el impacto de balas que parecían mortales: Por ejemplo, Miguel Bosé en Tacones lejanos.
La flor de mi secreto está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
5. ‘Hable con ella’ (2002)
La selección de Los lunes al sol en lugar de Hable con ella fue la responsable del primer cisma (luego, vendrían otros) entre Almodóvar y la Academia. La cuestión se agravó cuando el largometraje de Aranoa no pasó la primera criba para los Óscar, y Hable con ella fue nominada a la estatuilla de Mejor guion y Mejor dirección. Acabó ganando el primero (el segundo fue para Polanski por El pianista) y Almodóvar se marchó de la gala con la sensación de que, esa noche, su propio país le había arrebatado un Óscar.
Pero esto no es más que la trastienda de Hable con ella. Como La mala educación, la película de Almodóvar parte de un acto inexcusable con el propósito de poner en contacto a sus espectadores con una situación compleja y difícil de afrontar. Hable con ella sostiene, al mismo tiempo, dos conversaciones: la primera es un soliloquio suicida a la manera de ¿Qué he hecho yo para merecer esto! La segunda, si uno se atreve a escucharla, nos cuenta un cuento sobre la soledad, el amor y la incomunicación. Es decir: Almodóvar dirige una película de Antonioni, en el interior de una de Pasolini.
Hable con ella está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
4. ‘¡Átame!’ (1989)
En su excursión kamikaze a través de las sombras, ¡Átame! es, tal vez, su título más provocador. Y no porque escandalice de la forma en la que lo hacía Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón o Entre tinieblas, sino porque logra vencer las resistencias de cualquier espectador con esta historia de amor que está más cerca de la resignada supervivencia sentimental de La flor de mi secreto que de ese Cabo del miedo que, en 1987, Almodóvar dirigió bajo el título de La ley del deseo.
Su sinopsis puede contarse en una línea: un chico se enamora de una actriz y decide secuestrarla hasta que su amor sea recíproco. Sin embargo, en ¡Átame! hay mucho más que un relato de terror (este romance obsesivo bebe sin complejos de Mario Bava). Y, aunque no lo hubiese, esta magnífica película ya merecería la pena, aunque sólo fuese por ver la estremecedora interpretación de Victoria Abril y por escuchar la banda sonora de Ennio Morricone.
¡Átame! está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
3. ‘Dolor y gloria’ (2019)
Sus primeros planos ya advierten al público de que no se encuentra ante una película, sino ante la radiografía de su director. Y el diagnóstico es desalentador. Pese a que la incluyera en varias de sus películas (al igual que a su hermano y productor, Agustín), Dolor y gloria nos deja entrever que la relación entre Almodóvar y su madre nunca fue fácil. Que los colores vivos pertenecen sólo a la ficción de su creador, pero que su vida estuvo, como cualquier vida, salpicada de tonos grisáceos.
Almodóvar siempre se ha escondido tras sus personajes pero nunca, como en Dolor y gloria, ha puesto tan fácil su rastreo. El afamado, atormentado y turbulento Salvador Mallo se convierte, gracias a Antonio Banderas, en un trasunto perfecto del cineasta manchego, decidido a contarnos, al fin, Todo sobre Pedro.
Dolor y gloria está disponible en Netflix y, en alquiler, en Apple TV.
2. ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ (1988)
Carmen Maura se asoma a un florido balcón que domina Madrid, y observa. Está amaneciendo sobre la ciudad, uno de esos amaneceres añiles y luminosos, de retroproyección, que en tantas ocasiones rodó Hitchcock. Y, al otro lado de la cámara, también amanece: Pedro Almodóvar está a punto de convertirse en una estrella. En el director español más importante de nuestra historia tras Buñuel. Y este es el título que lo hará posible.
Mujeres al borde de un ataque de nervios desató la histeria en Hollywood: Jane Fonda llegó a invitar al reparto al completo a su mansión para discutir una posible adaptación de esta película, cuyo guion optó al Óscar y a los Globos de Oro. No es difícil imaginarse a miles de estadounidenses riéndose a carcajadas con este gazpacho envenenado que, como le dice Joan Crawford a Sterling Hayden, hemos amado siempre. Sólo que nosotros no mentimos. Y tampoco ella.
Mujeres al borde de un ataque de nervios está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
1. ‘Volver’ (2006)
Repasar la filmografía de Almodóvar depara algunas sorpresas: por ejemplo, que en La ley del deseo, el personaje de Poncela se embarca en la dirección de La voz humana, obra que el propio manchego filmaría décadas después; que Madres paralelas es una de las películas del director interpretado por Lluís Homar en Los abrazos rotos; o que, en La flor de mi secreto, la novelista a la que da vida Marisa Paredes ha escrito una historia idéntica a la de Volver.
El regreso al pueblo es una tónica en la obra de Almodóvar, pero nunca hasta alcanzar la dimensión de auténtica odisea que logra con Volver. Sin embargo, este es un viaje que se desarrolla a través del tiempo, a través de un pasado embrujado por los fantasmas que Penélope Cruz, Ulises atrapado en el extrarradio madrileño, tendrá que conjurar uno por uno.
Volver está disponible en Netflix y, en alquiler, en Filmin.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Comentarios