Decepcionados y frustrados. Así se muestran los representantes sindicales de la planta Opel de Figueruelas después de conocer los planes de futuro que tiene General Motors (GM). El gigante automovilístico rebajará en más de 1.500 los despidos previstos en Europa respecto a los que planeaba Magna, pero mantiene intactos los de Figueruelas.

En concreto, en Zaragoza se despediría a unos 900 trabajadores, cifra muy similar a la que anunció Magna antes de que se frustrara el plan de venta de Opel, según ha explicado este miércoles el representante del comité europeo de GM. Sin embargo, la compañía tiene previsto reducir la cantidad de recortes que se harán en toda Europa, cuyas fábricas sufrirán en total 8.684 despidos, de los 55.000 trabajadores que tiene la empresa en el viejo continente (frente a los 10.500 que anunció Magna en un principio).

2.100 despidos en Amberes

Aunque la dirección de GM no quiso concretar cifras (todas provienen del comité de empresa), sí admitió el recorte genérico, que se traduciría en un 20% de la producción total y en "unos 9.000 despidos", según ha explicado este miércoles el consejero delegado de GM Europa, Nick Reilly.

El objetivo de estos duros recortes es reflotar a la filial Opel para mantener a la compañía en un mercado "golpeado por la crisis y altamente competitivo", aclaró. Por plantas, es significativo el recorte que se hará en la fábrica de Eisenach (que comparte producción con Figueruelas), donde se recortarán sólo 300 empleos. El mayor tijeretazo se producirá en Alemania y Bélgica, con 7.230 despidos. De ellos, 2.100 correspondería a la planta de Opel de la ciudad belga de Amberes.

Buena percepción de los políticos

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, han augurado un futuro "positivo" para las plantas de Opel en sus dos países en una breve rueda de prensa. Zapatero ha considera que el plan de Opel mantendría una "perspectiva razonable" tanto para España como para Alemania. Según explicó, el objetivo compartido es mantener el máximo número de plantas y de empleo, al margen de la necesaria reestructuración para mejorar la competitividad de la empresa.

Zapatero no sólo confió en garantizar el futuro de la planta española de Figueruelas, sino que apostó también por que se mantengan los empleos en Alemania, ya que la buena marcha de esas plantas revierte en la industria española. "Las perspectivas son buenas para todas las plantas" de Opel en Europa, subrayó la canciller alemana tras señalar que, por sus contactos con General Motors, sabía que las fábricas alemanas deberán afrontar una reestructuración.