Varios miembros del PSOE y otras personas cercanas al partido formaron parte del grupo de 50 "ciudadanos" que Sánchez recibió este lunes en el Palacio de la Moncloa. Con el acto de inicio del curso político, el jefe del Ejecutivo quería marcar diferencias con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, al que afeó relacionarse "con el Ibex", mientras él se fotografiaba "con la gente". La Moncloa declinó dar el listado del medio centenar de participantes hasta en dos ocasiones y se limitó a señalar que eran personas que o bien habían escrito al presidente o habían visitado con anterioridad el complejo bajo el programa Moncloa Abierta.

Sin embargo, según ha constatado 20Minutos, entre las personas elegidas para el encuentro ciudadano que se celebró este lunes en Moncloa figuraban varias vinculadas a la formación en mayor o menor grado. Es el caso de la teniente de alcalde de la ciudad barcelonesa de Rubí, Marta García, municipio gobernado por el PSC. Junto a ella asistió Cristóbal Avilés, jefe de Gabinete del mismo ayuntamiento y exasistente de la vicepresidenta segunda del Parlamento catalán

La federación catalana no fue la única representada, ya que acudieron, entre otros, cargos del PSOE de Castilla-La Mancha y de Madrid, este último con una nutrida presencia. En las fotos -facilitadas por La Moncloa y por la Agencia Efe- también posa Eduardo Ranz, que optó a liderar la secretaría general del PSM en las primarias de 2021 y más tarde se sumó a la candidatura ganadora. 

Un acto para contraponerse a Feijóo

"Uno con el Ibex y el otro, con los ciudadanos". La frase, dicha por una de las personas de máxima confianza del jefe del Ejecutivo, resume a la perfección la imagen que desde el palacio presidencial querían trasladar en el comienzo de un curso en el que, como mínimo, se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales. Cercana y empática. No obstante, el acto terminó encorsetándose en un monólogo del presidente que duró más de media hora, frente a las intervenciones de cinco de los participantes, que apenas ocuparon un cuarto de hora en total. Todos ellos expusieron sus situaciones y sus sugerencias, en un tono amable, al presidente, que se ahorró las críticas.

Durante su alocución, el jefe del Ejecutivo volvió a insistir en las líneas maestras que vertebran su discurso desde que el PSOE sufrió un histórico varapalo en las últimas elecciones andaluzas. Con él, intenta recuperar al Sánchez que derrocó al establishment del PSOE en 2017 tras haber sido descabalgado de la secretaría general de los socialistas. El presidente cargó duramente contra los "poderosos", que, dijo, se ven con el "derecho innato de monopolizar y condicionar el debate" y que intentan frenar las políticas en favor de la "clase media y trabajadora". 

En definitiva, señaló, de lo que se trata es de "gobernar para la gente que se mueve en una realidad muy distinta a la que viven los pasillos del poder económico". También advirtió Sánchez sobre los "profetas de la catástrofe", contra los que pidió combatir con datos. "La economía está creciendo a un mayor ritmo que las economías de nuestro entorno, hay más de 20 millones de personas cotizando...", subrayó. Todo, en un discurso en el que pidió no poner "paños calientes" a una situación que definió como "compleja" y en la que alentó a ser "realistas" delante de sus 50 invitados.