Crónica

Sánchez se rodea de anónimos en su cruzada contra "los poderosos" y para diferenciarse de Feijóo en un acto sin críticas ni corbata

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a 50 ciudadanos en la Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a 50 ciudadanos en la Moncloa.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a 50 ciudadanos en la Moncloa.

Al más puro estilo Sorpresa, sorpresa, aquel programa televisivo que conquistó los corazones de millones de españoles a mediados de los años 90, ha abierto Pedro Sánchez el curso político. El presidente del Gobierno ha reunido a 50 personas anónimas este lunes en Moncloa con ese mismo propósito -el de volver conquistar a los ciudadanos- y, de paso, certificar su lucha contra los "poderosos" y contraponerse al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que ha optado por protagonizar un desayuno informativo al que ha acudido la plana mayor del empresariado patrio.

"Uno con el Ibex y el otro, con los ciudadanos". La frase, proveniente de una de las personas de máxima confianza del jefe del Ejecutivo, resume a la perfección la imagen que desde el palacio presidencial querían trasladar en el comienzo de un curso en el que, como mínimo, se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales. El papel de Isabel Gemio, conductora del mítico espacio, lo ha llevado a cabo la periodista Carme Chaparro, que ha presentado a los protagonistas y ha moderado un acto encorsetado y sin diálogo. El presidente ha escuchado a cinco ciudadanos que, tras ser introducidos por la periodista, han expuesto sus situaciones y han trasladado sus sugerencias, en un tono amable, al presidente, que se ha ahorrado las críticas.

En las escaleras que dan paso al edificio donde vive el mandatario, una maestra jubilada, un profesor de educación física, dos estudiantes y una empleada del hogar han sustituido a directivos como Ana Botín (Santander), Carlos Torres (BBVA) o Pablo Isla (Inditex), que el pasado año estaban sentados en primera fila en Casa de América, donde el presidente optó por dar su discurso para dar la bienvenida al curso 2021/2022. Pese a habérselo solicitado a Moncloa, el listado del resto de los asistentes no ha trascendido.

Ellos cinco, a diferencia de los otros 45 que han actuado como testigos, han subido a un estrado donde, como se ha repetido hasta en dos ocasiones, antes estuvieron Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, o Justin Trudeau, primer ministro de Canadá. Todos han expuesto rápidamente su situación y han realizado peticiones a Sánchez: desde solicitar actuaciones urgentes contra la emergencia climática hasta asegurar que las pensiones subirán con el coste de la vida, pasando por la lucha contra la obesidad infantil

La de Almudena, una trabajadora del hogar de Tomelloso, ha sido atendida al momento, pues el presidente ha aprovechado para avanzar que este martes el Consejo de Ministros aprobará la normativa para que las empleadas domésticas puedan acceder al paro. Según Moncloa, desde donde han destacado que es un acto "inédito", sí se ha hablado con ellos previamente de los temas sobre los que iba a tratar la comparecencia de cada uno, pero no se les ha dado instrucciones sobre qué decir o cómo decirlo. Recuerdan en este sentido que los ciudadanos que han asistido hoy al complejo presidencial han sido seleccionados de entre las 250.000 personas que han mandado cartas o emails al presidente desde 2018.

Tras la intervención de los cinco, ha tomado la palabra el presidente, que  -sin corbata, como viene siendo habitual desde julio- ha realizado una especie de mitin en el que ha expuesto durante más de media hora las medidas realizadas por su Gobierno, "el de la gente". Durante su alocución, ha vuelto a insistir en las líneas maestras que vertebran su discurso desde que el PSOE sufrió el mayor batacazo de su historia en las últimas elecciones andaluzas y con el que intenta recuperar al Sánchez que derrocó al establishment del PSOE en 2017 tras haber sido descabalgado de la secretaría general de los socialistas.

El presidente ha cargado duramente contra los "poderosos", que se ven con el "derecho innato de monopolizar y condicionar el debate" y que intentan frenar las políticas en favor de la "clase media y trabajadora". En definitiva, ha dicho, de lo que se trata es de "gobernar para la gente que se mueve en una realidad muy distinta a la que viven los pasillos del poder económico". También ha advertido Sánchez sobre los "profetas de la catástrofe", a los que ha pedido combatir con datos. "La economía está creciendo a un mayor ritmo que las economías de nuestro entorno, hay más de 20 millones de personas cotizando...", ha puntualizado. Todo, en un discurso en el que no ha querido "poner paños calientes" a una situación que ha definido como "compleja" pero en el que sí ha pedido ser "realistas" para, como pasó en Sorpresa, sorpresa, no ser víctimas de ningún bulo.

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