Con mucho "revuelo" y no pocas suspicacias. Así han recibido los dos principales sectores del PSOE, el llamado crítico y el que se agrupa en torno a la presidenta andaluza, Susana Díaz, las informaciones sobre una supuesta operación para lanzar al exlehendakari Patxi López como candidato a liderar el partido. "Es una realidad que están intentando montar una candidatura alternativa a los dos movimientos que hay", afirma un alto dirigente del PSOE andaluz muy cercano a Díaz, que pese a no haberse postulado formalmente, ha multiplicado desde hace semanas sus actos públicos e institucionales a modo de aspirante in pectore.

"Todo está muy verde aún y todo el mundo está calibrando sus posibilidades", afirma esta fuente. Y no le falta razón. De un lado, los alineados en torno a las posiciones que defendía el exsecretario general Pedro Sánchez, partidario de intentar mediante pactos un gobierno alternativo al PP, no abstenerse ante Mariano Rajoy y celebrar un congreso cuanto antes para elegir nuevo líder tras la dimisión de 17 miembros de su Ejecutiva a finales de septiembre. Es lo que se llama el sector crítico, en la medida en que no comparten ni los tiempos ni muchas de las decisiones de la gestora y pretenden construir una candidatura alternativa a la de Díaz, porque entienden que representan dos modelos de PSOE "antagónicos" entre sí. Ahí, dejándose ver por goteo en actos multitudinarios con la militancia (Xiriviella, Sueca, Asturias), está Sánchez, aunque ni él ni los críticos tienen claro si será él quien lidere el proyecto.

Del otro, Díaz, al frente de la federación socialista más poderosa, con el apoyo de buena parte de la gestora, de la vieja guardia del partido y de la mayoría de los principales barones autonómicos. Este bando apuesta por celebrar el 39º Congreso federal en junio, a pesar de que lleva casi un año de retraso y ya hay Gobierno, para dar tiempo a "rearmar" el partido, "calmar los ánimos" y "tener un debate político en profundidad" antes de elegir nuevo/a líder.

Pero entre ambas facciones cobra fuerza la tesis de una tercera vía, detrás de la que varios dirigentes de los distintos sectores ven la sombra del ex ministro, exvicepresidente y exsecretario general Alfredo Pérez Rubalcaba. Según fuentes de los socialistas vascos (PSE), López está decidido a intentar liderar el PSOE porque considera que el enfrentamiento a cara de perro entre Díaz y Sánchez conduce al partido "a la división total, a la fractura absoluta y a seguir muchos años en la oposición".

Fuentes del entorno de López no niegan este extremo, y recuerdan que el dirigente vasco está ultimando un libro, de la editorial Los Libros de la Catarata, que se dará a conocer casi a la vez que la fecha  del congreso del PSOE, a mediados de enero, y en el que plasmará su proyecto socialista para los próximos años. El libro, según estas fuentes, iría en la línea del artículo que publicó en El País en noviembre, en el que llamaba a reconstruir el PSOE y a renovar el liderazgo en el partido, y daba pinceladas sobre su proyecto político para España en fiscalidad, economía y modelo territorial. La tribuna se publicó días después de que el secretario general de los socialistas vizcaínos, Mikel Torres, asegurase que López es "la mejor opción" para liderar PSOE y que es "una vía que hay que explorar".

"Una tercera vía es legítima, pero el que tiene el capital ante la militancia es Pedro", señala al respecto un dirigente territorial del sector crítico, en el que los movimientos en torno al exlehendakari han provocado recelos especialmente en las federaciones de Madrid, Navarra y Castilla y León. Entre este sector, que de momento habla de proyecto colectivo y no da nada por cerrado en cuanto a posible candidato, hay respeto y cariño por la figura de López, pero creen que no es viable como alternativa a Díaz porque ni capitaliza "el malestar de las bases" ni representa "el choque ideológico que está en juego en el partido".

En la militancia hay un malestar que se arrastra desde el 15-M, porque sienten que hay poca diferenciación entre el PP y el PSOE. Demandan por un lado más participación y una identidad clara frente al PP, sobre todo a raíz de la asbtención", afirma este cargo del partido. Y añade: "Para resolver eso hay dos modelos de PSOE que deben ser confrontados, y Patxi no está en condiciones de eso. Fue Pedro quien defendió un Gobierno alternativo, quién defendió el no a Rajoy, quien dimitió de su escaño para no tener que abstenerse. Ese capital es intransferible", asegura otro dirigente. López, que formaba parte de la Ejecutiva de Sánchez, no dimitió junto a los 17 dirigentes que renunciaron a su cargo para forzar la marcha de Sánchez. Defendió el 'no'  en el Comité Federal del 23 de octubre, en el que en una votación muy dividida se votó la abstención, y optó por acatar esta decisión.

"La militancia ya no es la misma, quiere un cambio de verdad", afirma otro dirigente crítico que circunscribe la "Operación Patxi" al entorno de Rubalcaba, apoyada a su juicio por buena parte de los socialistas vascos y César Luena, ex número dos del PSOE con Sánchez y actual secretario general del PSOE de La Rioja. Fuentes del PSE, en cambio, aseguran que también lo secundan "muchos dirigentes" que creen que la solución a la actual división del partido no pasa ni por el exlíder socialista ni por Díaz, a los que creen "quemados".

En el entorno de Díaz, por su parte, admiten que están en contacto con Rubalcaba y dudan de que esté detrás de López, "salvo que esté haciendo un doble juego y esté hablando con varios a la vez". Estas fuentes consideran que el exlehendakari está tanteando "si hay agua en la piscina", y aunque tratan de restarle importancia, se muestran preocupados. "Tiene pocas posibilidades. Otra cosa es que Pedro decida darle su apoyo. Eso sería otra cosa", reconoce un dirigente del PSOE-A.

En este sentido, un líder territorial andaluz teme que lo que Rubalcaba esté haciendo sea "mover hilos para tratar de armar una candidatura única, de consenso, tejiendo acuerdos con ambas partes". Algo parecido a lo que opinan varios dirigentes destacados del sector crítico. "Rubalcaba quiere matar dos pájaros de un tiro, y lo que nos llega desde muchas agrupaciones de militantes que han visto con malos ojos las informaciones sobre Patxi es que detrás hay un ánimo de componenda. Temen que, si es él el candidato, acabe pactando con Susana de alguna manera", afirma uno de ellos.

Sea como fuere, ni sería la primera vez que López coquetea con la idea de ser secretario general ni Rubalcaba y Díaz estuvieron siempre bien avenidos. En el 38º Congreso Federal, el que se celebró en febrero de 2012 en Sevilla, se interpretó la entrada del entonces lehendakari en la Ejecutiva federal como un gesto de Rubalcaba de cara al futuro, como su candidato tapado. Fue el Congreso, además, en el que Carme Chacón, que llevaba de número dos a Susana Díaz, cayó derrotada por poco ante Rubalcaba. Y ese fue el inicio de una serie de rencillas que parecían haber acabado este último año, cuando el exministro y la líder andaluza coincidieron en su objetivo de buscar la salida de Sánchez.