En Preciados, en la plaza de Tirso de Molina, en el barrio de La Latina, en la calle Fuencarral... Entre los desperdicios que se amontonan en las calles de Madrid a causa de la huelga de limpieza, aparecían en la noche del 12 al 13 de noviembre bolsas con el rostro de la alcaldesa de Madrid Ana Botella. El semblante serio del retrato se tornaba, en el escenario de desechos, en cara de circunstancias.

"Lo de la basura disparó nuestro ingenio. Queríamos volver y esto nos vino genial", declaran a 20minutos los autores de la acción, el colectivo Ana Botella Crew. El grupo de artistas formado por "grafiteros, artistas urbanos, fotógrafos, profesores de universidad..." comparte una misma musa artística desde su fundación en 2009, cuando adoptaron como protagonista de sus acciones urbanas a la entonces concejala de Medio Ambiente.

Tras un periodo de dos años de inactividad, Ana Botella Crew ha vuelto ahora aleccionado por la huelga de basuras, aunque entre sus verdaderas inspiraciones declara con sorna estar entregado a "Dios, Rouco y Josemari".

Para el proyecto, bautizado como Capital de la Basura, hicieron fotocopias (que la dueña de la copistería graciosamente no quiso cobrarles) del retrato de Botella, pasaron "tres horas" recortando y pegando la imagen en bolsas y las repartieron en varios puntos de la capital. El público acogió la instalación con entusiasmo: los autores cuentan con satisfacción que muchos hicieron fotos, rieron y tocaron la bocina de sus coches.

Describen la gestión en la alcaldía de Ana Botella como "brillante, de Mercadona y perfumada", adoptando a ratos la identidad de un supuesto álter ego de la regidora local.

Imaginan que en realidad fue ella quien colocó las bolsas y se apresuran a especificar que "estaban perfumadas" y que ella y su equipo de ayudantes llevaban "trajes espaciales para no contaminarnos de la basura de los pobres". Cuando se les pregunta por la posibilidad de repetir la acción, son tajantes: "Jamás. La acción es una (Grande y Única)".

Los trabajadores de las empresas concesionarias del servicio de recogida de basuras y limpieza de Madrid están en huelga desde hace dos semanas contra el ERE planteado por las adjudicatarias del servicio (OHL, Cespa, Sacyr y FCC). Las empresas que explotan la concesión municipal quieren despedir a más de 1.100 trabajadores sobre una plantilla de 6.000.

La alcaldesa Botella, que mantuvo el conflicto en segundo plano hasta que la situación de deterioro urbano apareció reflejada en la prensa internacional, acaba de dar un plazo de 48 horas para que el conflicto se solucione. La titular del consistorio ha amenazado con recurrir a la Fiscalía para que intervenga o bien ofrecer el servicio a la empresa pública Tragsa.