Las últimas polémicas de la Corona dejan en una encrucijada y con dudas al príncipe Felipe

  • La salud del rey, los escándalos de Corinna y la herencia de Don Juan y la imputación de la infanta Cristina 'en el caso Nóos' dejan "afectado" al heredero.
  • Los príncipes de Asturias han intentado mantenerse al margen de la infanta e Iñaki Urdangarin, que no aparecen en actos oficiales desde el año 2011.
  • El príncipe Felipe ha asumido la representación en algunos actos porque el rey está 'de baja', pero no hay ninguna norma que regule estas funciones.
El príncipe Felipe, en un acto en Barcelona.
El príncipe Felipe, en un acto en Barcelona.
GTRES
El príncipe Felipe, en un acto en Barcelona.

Valentía, desafíos, prudencia. El príncipe Felipe ha escogido, entre otras, estas palabras al dirigirse este jueves a los nuevos 231 jueces que se incorporan a la carrera judicial, pero, en realidad, podría perfectamente estar hablando sobre su persona. Sobre su presente y futuro.

La delicada situación que atraviesa la Corona, los problemas de salud del rey, así como la irrupción en escena de la aristócrata Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la herencia de Juan de Borbón y la imputación en el caso Nóos de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ponen a la figura del heredero al trono español en una situación delicada.

Sobre él no pesa ningún tipo de sospecha o aversión, pero es evidente que "queda muy afectado" por todo esto, explica a 20minutos.es el abogado, periodista y experto en la casa real Javier Castro-Villacañas.

En primer lugar, por la relación familiar de sangre que tiene con las dos personas salpicadas por varios escándalos. Pero también porque en la práctica es el heredero de "un régimen, el del 78, en el que su padre ha sido fundamental y del que mucha gente piensa que está agotado", añade el periodista.

A esto no ayuda que el rey esté en estos momentos de baja —conceptual, no formal, el monarca no paga cuotas a la Seguridad Social— y convaleciente de su última operación y que los médicos le hayan dicho que esta situación podría durar hasta seis meses. Ninguna ley o estatuto regula esto, hay un vacío jurídico.

Príncipes de Asturias vs duques de Palma

Los príncipes de Asturias marcaron distancia con los duques de Palma desde que el yerno del rey se vio envuelto en el caso Nóos. Pocas veces se les ha visto juntos e incluso, según han publicado algunos periodistas de sociedad como Paloma Barrientos, han intentado por todos los medios no ser fotografiados en el mismo lugar.

Los gestos también han sido de palabra, como cuando el príncipe aseguró en 2011 en un discurso que la Fundación Príncipe de Girona, de la que es Presidente de Honor, tenía una "ambición honesta y transparente". Por esas fechas, Urdangarin había sido apartado de los actos oficiales de la Casa del Rey. Su mujer, la infanta, no acude a uno desde el 12 de octubre de 2011.

No compartir agenda con el heredero y la princesa mantiene, a estos últimos, alejados de los comentarios y la rumorología. El miembro de la familia real que más se ha dejado ver desde 2011 con los duques de Palma es la reina Sofía, que siempre ha mostrado en público su apoyo a su hija.

Pero los palos en la rueda del príncipe de Asturias vienen también por otro lado. Así como la Constitución delimita perfectamente la figura del rey, la del heredero está dejada de lado a partir de los 18 años.

Expertos constitucionalistas como Antonio Torres del Moral reclaman desde hace años un estatuto jurídico para él similar al del rey. Castro-Villacañas está de acuerdo y apunta que hace falta "una Ley de la Corona" que regule este y otros aspectos, como una eventual abdicación, una renuncia de la infanta o una asunción temporal de funciones.

Si hoy el príncipe de Asturias acude a una toma de posesión de un Jefe de Estado porque el rey no puede, "no existe una norma jurídica que le dé esas funciones", dice Torres del Moral. Es el Gobierno, vía Consejo de Ministros, quien le otorga la representación, vía real decreto. Una especie de parche debido a la ausencia de normativa.

De momento, todo transcurre con normalidad, pero la situación no debería prolongarse demasiado ni trascender a los actos puramente protocolarios, porque entonces nos encontraríamos con un problema. Felipe de Borbón no puede declarar una guerra, convocar un referéndum o sancionar una ley por ser atribuciones exclusivas de su padre, el rey.

Supuestos para el futuro inmediato

¿Cuál es el futuro inmediato del príncipe Felipe? Podemos plantearnos algunos supuestos:

  • El primero, que el rey se recupere pronto y vuelva a sus funciones. Felipe de Borbón seguiría siendo el heredero y, si no hay cambios constitucionales, volvería a ocurrir lo mismo si la salud de su padre se resiente. Que le sustituiría sin nada que regulara sus actos. Las cábalas sobre una abdicación también regresarían como parte del interrogante que se cierne sobre el futuro de la monarquía, pero Castro-Villacañas es de la opinión de que el rey "no va abdicar", sino que aguantará hasta el fin de sus días en el puesto. La reina Sofía tampoco, según le dijo a la periodista Pilar Urbano en 2008.
  • Abdicación a corto plazo. El artículo 57.5 de la Constitución no está desarrollado. Contempla una abdicación del rey, pero dice que se resolverá "por una Ley orgánica", igual que una renuncia "y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión". Si el rey decidiera abdicar, tendría que hacerlo rápido, "por las bravas", según Castro-Villacañas, "daría un discurso público y mandaría un escrito a las Cortes", añade. Las Cortes Generales, en principio, la aceptarían —aunque podrían no hacerlo— y asumirían entonces la tarea de guiar el proceso.
  • Renuncia. ¿Podría renunciar el rey, como ha hecho el papa? En principio, una renuncia afectaría a alguien que aún no ha llegado a reinar y que renuncia a sus derechos en este sentido, como podría ocurrir con la infanta Cristina. No cabría "entender incluida en este precepto la renuncia regia o renuncia de derechos del rey para sí y sus descendientes", según los letrados de las Cortes Isabel María Abellán Matesanz y Luis Molina, porque entonces no habría sucesión y se acabaría la monarquía. Es lo que hizo Alfonso XIII.
  • Regencia. No aplica el caso de la minoría de edad, porque el príncipe tiene ya 45 años. Pero sí podría ser, según consta en el artículo 59.2 de la Constitución, que el rey "se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales". Entonces, Felipe de Borbón ejercería inmediatamente la Regencia. ¿Por cuánto tiempo y con qué atribuciones? De nuevo, otro vacío legal, porque el regente no sería rey hasta su proclamación. Cuando el heredero y el regente se hacen cargo "de sus funciones" prestan "el mismo juramento, así como el de fidelidad al rey". Para Ángel Bahamonde Magro, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III, sería más factible la abdicación, como ha ocurrido en Holanda.

Pero, ¿está preparado el príncipe Felipe para reinar, tal y como insinuó su padre en el discurso de Navidad de 2011 (en el que dijo que "la justicia es igual para todos)? Castro-Villacañas opina que no cabe hacerse esa pregunta, porque la preparación no está ligada a la institución, "si el rey fallece y el heredero tiene 18 años puede ser proclamado" y no estar preparado, explica. ¿Y la sociedad? ¿Está preparada para un cambio? "Sí", afirma con rotundidad, incluso "para una república", añade.

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