La Vuelta, tras un traslado más incómodo que largo desde tierras asturianas que aplazó el masaje de muchos ciclistas hasta bien tarde, ya vela armas en A Coruña, alfoz y alrededores para afrontar su último y definitivo ciclo. Cinco etapas fundamentalmente gallegas (con un ligero pellizco a suelo leonés en el final de Ancares del sábado, un final terrible por el paso por la Braña de Pan do Zarco) en las que el madrileño Alberto Contador, más líder tras la etapa de La Farrapona, parte muy bien situado para ganar su tercera edición de la ronda española tras las de 2012 y 2008.

"Va a ser una última semana complicada en la que va a haber que estar muy concentrado. Hay momentos para todo, montaña, media montaña que en Galicia es muy exigente y habrá que estar atento a los posibles ataques, además de la contrarreloj del último día", valoró un Contador que sigue desconfiando del británico Chris Froome, tercero de momento, pero a tres segundos de la segunda plaza que ostenta Alejandro Valverde, a más de minuto y medio de su jersey rojo. "Froome es uno de los referentes", argumentó.

"Estoy feliz con la situación actual", indicaba por su parte el ciclista del Sky nacido en Kenia; "estoy en el podio y tengo muy buenas sensaciones. Estoy empezando a coger el ritmo y voy por el camino acertado, pero estoy lejos de mi mejor forma y va a ser muy difícil ganar la Vuelta este año. Contador está extraordinario, no tiene fallos ni se le ven debilidades. Incluso camino de La Farrapona se permitió cambiar de bicicleta". Valverde, por su lado, se negaba a cerrar la puerta del triunfo final: "Está difícil, pero no es imposible. Hay que intentar ganar alguna etapa y si lo consigues vas recortando segundos. Nunca se sabe. Hasta que llegas al último día no hay nada dicho".

Valverde coincidió con Joaquim Purito Rodríguez en la creencia de que es complicado que se produzca una situación como la que le dio la victoria final en La Vuelta a Contador hace dos años en Fuente Dé. El catalán del Katusha, protagonista este martes por la denuncia del irlandés Philip Deignan sobre un manotazo en la etapa de los Lagos, indicó por su lado: "Ahora me planteo intentar ganar una etapa, ya que el podio está difícil. Una victoria sería un premio para todos y creo que la merecemos. Ser cuarto o ser quinto da igual. Esta semana hay finales atractivos y habrá que moverse". Rodríguez aportó: "Froome, después de La Farrapona, no creo que se conforme con ser segundo. Es agresivo, quiere ganar y cada día va a dar guerra. No me gusta cómo corre, su estilo, pero su actitud me gusta, lo da todo, lucha, muestra seriedad en carrera y la imagen nunca la pierde", explicó.

"Ahora tengo la tranquilidad de que son el resto los que me tienen que sacar diferencia y yo tengo que estar con ellos, pero si hay una oportunidad la aprovecharé. El objetivo es conseguir el maillot rojo en Santiago, aunque dependerá de cómo se desarrolle la carrera y entonces actuaré", aportó por su lado Contador. El ciclista del Tinkoff-Saxo aprovechó su comparecencia para descartarse de cara a los próximos Mundiales de Ponferrada: "No entra en mis plantes. El recorrido del Mundial no se adapta para nada a mis características y creo que pueden ir otros corredores que ayuden más, prefiero dejar mi plaza libre para otro corredor".