Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El nuevo órdago de Isabel Pantoja

Isabel Pantoja, Anabel Pantoja y Naiara
Isabel Pantoja, Anabel Pantoja y Naiara
REDES SOCIALES
Isabel Pantoja, Anabel Pantoja y Naiara

Isabel Pantoja nos une a todos. Lo sigue haciendo: en dimes y en diretes, en canciones y en comentarios, en "dientes dientes, que es lo que les jo*". Isabel Pantoja lo ha vuelto a hacer, justo en el momento preciso. Su concierto del madrileño Wizink Center tenía una coreografía lista para la propagación en la viralidad de los tiempos de TikTok. Naiara, de OT, su sobrina Anabel Pantoja y ella misma habían preparado un baile tan fácil como pegajoso que ya ha traído a Garlochí del pasado de la transición a las narrativas musicales de hoy.

Ya no hacen falta videoclips efectistas. Con este fragmento ideado para las redes sociales en pleno concierto, la canción apunta que será de las que más sonará en estos meses. Sólo unas horas después, ya los magacines del cuore han danzado la canción con sus contertulios estrella. De Lydia Lozano y Terelu Campos en La 1 a Gema López y Susanna Griso en Antena 3, pasando por Marta López y Adriana Dorronsoro en Telecinco.

Es el otro arte de Isabel Pantoja. Siempre guarda un giro de guion en la manga para actualizarse en el imaginario colectivo. Nos une, pues pertenece a aquellos tiempos en los que los artistas eran referentes que atravesaban a toda la sociedad. Ahora, en cambio, los nuevos famosos están segmentados "a la carta". Conocemos a unos y otros dependiendo de las burbujas de gustos e intereses que tengamos. Pero, entre tanto, Isabel Pantoja sigue siendo apta para todos los públicos. Y si los jóvenes no saben bien quién es la tonadillera, pues llama al reclamo de la ganadora de OT.  Fusión redonda. La mezcla entre Naiara, Anabel y ella misma  asegura el equilibrio de rejuntar con su música a tres generaciones. Así ha sido. Cada generación, reproduciendo el bailecito en su medio natural: unas en televisión, otras en Instagram, otras en TikTok. Y todas en la verbena del próximo verano.

La vida de Isabel Pantoja siempre nos depara un vuelco para que la curiosidad nacional no decaiga. Viuda de gran torero, íntima de locutora con mesa camilla, amante de alcalde de Marbella que termina encarcelada, madre de jóvenes cercanos al universo Ni-Ni... La existencia de la Pantoja va entrelazada al requiebro dramático excesivo. Jamás creeríamos a un guionista que abordara tanto y con tanta intensidad en una teleserie.

Pero la realidad supera a la ficción e Isabel Pantoja ha sido protagonista de un reality antes de que existiera el término reality.  Con sus virtudes y con sus avaricias y, sobre todo, con una carácter de diva de faralaes que ha hecho aún más adictiva una trama, su trama, que roza lo infinito. La Pantoja es historia del mejor y peor arte de nuestro país. Hasta cuando las aguas parecen más calmadas, se postula como icono de TikTok. Porque las tonadilleras comprendieron la viralidad mucho antes de que existiera tal término. Incluso en una época en la que los teléfonos tenían cable y no cámara: "Dientes, dientes, que es lo que les jo*".

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