Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Miguel Bosé y su habilidad para neutralizar la tragedia del robo en su casa

El humor recompone, desahoga, achica sufrimiento, pues ayuda a sobrellevar los asaltos de la vida.
Miguel Bosé en Telecinco.
Miguel Bosé en Telecinco.
MediasetSh
Miguel Bosé en Telecinco.

Viernes. Rueda de prensa en el Estudio 6 de Mediaset. Miguel Bosé vuelve a Telecinco, cadena que él mismo inauguró en una gala que presentó junto a Victoria Abril en el Teatro Lope de Vega. Los años 90 llegaban y, con ellos, la edad de oro de las galas televisivas que celebraban las expectativas que los canales de televisión estaban dispuestos a ofrecer. 

Aunque, después, todo quedara en agua de borrajas, el espectador vivía una noche excitante, ya que nuestras cadenas conseguían transmitir la sensación de que estaba aconteciendo una cita mediática fuera de lo normal, prometiéndonos el oro y el moro. De esta forma, cada canal lograba además definir su identidad de marca y potenciar su personalidad propia como televisión.

Los tiempos han cambiado. Nadie se atreve a hacer galas de aquellas en prime time. Aunque el regreso de Miguel Bosé a Telecinco es otra forma de intentar abrirse a nuevos perfiles de celebrities, que se fueron perdiendo por el camino de los realities shows y Mujeres y hombres y viceversa. De hecho, Miguel Bosé ha regresado para anunciar que su serie, Bosé, se estrenará en el canal principal de Mediaset en abierto. Ya se vio en la plataforma SkyShowtime, pero ahora llega al gran público con sus seis episodios remontados en cuatro de mayor duración. 

En el streaming se buscan capítulos de menos de una hora, mientras que en Telecinco siguen prefiriendo entregas de alrededor de 70 minutos para que "viaje" mejor la publicidad entre trama y trama. Otra historia es que el público generalista de hoy no esté dispuesto a ver series de tal duración a no ser que se le ofrezca un extra. De ahí que Mediaset vaya a programar la bioserie dentro de un programa contenedor, La noche de Bosé, que conecte lo ficcionado con la realidad.

El pasado ocupa mucho espacio y pesa muchísimo . Y cuando pasa el tiempo te das cuenta de que cosas que creías sagradas se pueden contar”, explica Miguel Bosé sobre la ficción y su documental, avanzando que también habrá un musical con sus canciones. Incluso se abre en la rueda de prensa a compartir momentos del aparatoso robo en su casa de México. Lo hace con ese humor que recompone, que desahoga, que achica sufrimiento, pues ayuda a sobrellevar los asaltos de la vida.

Así cuenta cómo se alegró de que le robaran unas maletas de esas que son tan caras como horteras. Sólo aptas para (muy) millonarios. "Estando apresado vi a tres de ellos (los atracadores) que pasaban con este ajuar. Y me acuerdo que dije, 'ay, menos mal que se las llevan'. Porque a mí me horrorizan. Y no sabía qué hacer con ellas. Carísimas". Los ladrones encantados, claro, pero las amigas que le regalaron aquellos ostentosos bolsos llamaron después del robo y le preguntaron que le enviarían más a casa si se los habían quitado. Bosé contestó: "No, déjalo, no hace falta, están todas". Bosé saca su bis cómica. Da la vuelta a un momento tan oscuro. Lo relativiza, lo hace más llevadero. 

Con esta forma de convertir un asalto en anécdota logra colocarse a sí mismo por encima de los ladrones. Su ego le pone en el centro, proyectando vida especial de lujo y glamour a la vez que deja neutralizados en público a los delincuentes como meros personajes de cómic. No lo pretende pero, al final, el atraco contado de risa también plasma su carácter, donde la narrativa del mito de Bosé parece siempre ganar a la persona, a Miguel.

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