Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Jorge Javier Vázquez, volvió la alegría a Telecinco

Jorge Javier Vázquez en Supervivientes 2024
Jorge Javier Vázquez en Supervivientes 2024
Mediaset
Jorge Javier Vázquez en Supervivientes 2024

¡Jorge, Jorge, Jorge, Jorge!”, corea el público de Supervivientes. Jorge Javier Vázquez acaba de entrar en el Estudio 6 de Mediaset, el plató de la tele-realidad nacional. “Como sigáis más, lloro”. El presentador intenta poner freno a la ovación. Sabe que hoy no toca hablar de él. Sabe que los aplausos son sólo aplausos. Sabe que en la televisión se prefabrican. Incluso lo ha sufrido. Pero, esta vez, la aclamación ha sonado a verdad, a cariño, a eres de ‘los nuestros’. Y, en el prime time, aquellos que son de la gente lo suelen ser porque miran al público de frente, así que tras un suspiro de emoción, Jorge Javier busca la cámara y agradece el reencuentro: “Estoy muy feliz de estar de nuevo con vosotros. Os he echado de menos. Muchas gracias”. Acaba de conectar al público con la televisión. Tan aparentemente fácil, tan complejamente difícil.

Y empieza el espectáculo. Y empiezan los famosos a caer al mar desde helicópteros. Toca perfilar los caracteres de los personajes y, entonces, la capacidad de escucha del presentador para enriquecer el guion es crucial. Jorge Javier demuestra que es el maestro. Su risa planea durante todo el programa. Risa irónica, traviesa, boca-chancla, cómplice. Porque los comunicadores que calan, de Raffaella Carrà al propio Jorge Javier, son los que juegan con la corrosión del espectador, aprendiendo que la buena broma es la que empieza siempre en uno mismo.

Yo como Arantxa del Sol también salía en la tele”, suelta al presentar a la concursante que fue estrella de Telecinco en los noventa. El pasado siempre vuelve. Se ve. “Vuelve el barro a Mediaset. Por fin, vuelve el barro”, añade antes de dar paso a la prueba que pringa de marrón a todo el personal. Su humor ilumina aún más el plató de Telecinco, pues convierte el conflicto en comedia, transforma lo visto mil veces en la imprevisible sensación del ’todo puede pasar’ y hasta humaniza a los famosos resabiados de tele-realidad. Es más, Jorge Javier Vázquez relativiza sus intensidades, factor clave en una televisión que últimamente se pone demasiado peripuesta, cayendo en la trampa de impregnar de exagerada trascendencia aquello que simplemente es una verbena evasiva.

Cuando aparece, la risa de Jorge Javier Vázquez relaja lo que toca. Es capaz de dotar de cierta profundidad aquello que se podría quedar en el comentario sin más. Así Telecinco se ha llenado de alegría con un Supervivientes 2024 muy ensayado. La gala de estreno ha fluido sin demoras, sin perderse en demasiados rodeos, teniendo claro lo esencial que es mostrar la belleza del lugar paradisiaco para crear ensoñación aventurera en una audiencia más amplia de la habitual de Mediaset y, a la vez, siendo muy hábiles a la hora crear una trama transversal con Carmen Borrego y su miedo a tirarse del helicóptero. Miedo sobreactuado, eso sí. Carmen Borrego por un momento parecía Lola Herrera en Cinco horas con Mario. Aunque, de nuevo, la rápida mordacidad de Jorge Javier ha rebajado la intensidad con astucia.

Supervivientes 2024 continúa siendo el formato estrella de Telecinco, lo ha demostrado aupando las audiencias. También ha evidenciado valores diferenciales del canal que ha sido un error dejar escapar por prejuicios ajenos y propios. Los programas cambian por completo dependiendo de la capacidad de sus autores para sentirse libres escuchando, compartiendo y celebrando la travesura de la sonrisa como arma que genera los mejores lazos de empatía con la audiencia. Por eso mismo, el público animando al grito de "Jorge, Jorge, Jorge" sonó a tanta desprejuiciada sinceridad. Quizá porque hay ausencias que terminan subrayando los aprecios.

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