Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El fenómeno nostálgico de 'Pretty Woman': del tirón de la película al musical en Gran Vía

Julia Roberts y Richard Gere en 'Pretty Woman'.
Julia Roberts y Richard Gere en 'Pretty Woman'.
Julia Roberts y Richard Gere en 'Pretty Woman'.

Hay títulos de películas que hicimos bien en no traducir jamás. Pretty Woman, suena mejor en inglés. 'Mujer bonita', en cambio, nos chirriaría y empalagaría a partes iguales. Más aún con los ojos de hoy que no se enamoran como los de ayer. Vamos desaprendiendo los machismos que llevábamos bien dentro. También a la hora de enfrentarnos a la historia que protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere.

Sin embargo, hay un cosquilleo que no ha cambiado al reencontrarnos con el filme dirigido por Garry Marshall: el efecto nostálgico que despierta en nuestras emociones. Quizá porque todos venimos de esa sociedad. Quizá porque a todos aquel Hollywood con el que crecimos nos provocó su ensoñación aspiracional. Desde entonces, y ya hace 34 años, nuestras cadenas de televisión se han disputado este mítico largometraje para programarlo hasta el cansancio. Siempre con éxito. Pretty Woman ha ido y venido por todos los grandes canales. Aunque en las últimas emisiones el desgaste ha sido obvio y lógico, hay un público al que le sigue encantando revivir una y otra vez el amor entre Vivian Ward y Edward Lewis. Un cuento de hadas clásico actualizado con toque rompedor en su momento, pues aquí la princesa salvada por el apuesto caballero ejerce la prostitución en las calles de Los Angeles.

La primera emisión de Pretty Woman en la televisión en España, el 2 de enero de 1994 en La 1 de TVE, supuso un fenómeno de audiencias con la vertiginosa cifra de sumar 9.223.000 espectadores y un 55.6 por ciento de share. Mucho ha cambiado nuestro panorama audiovisual, pero el tirón de Vivian y Edward sigue latiendo. Tanto que hasta ha cobrado otras vidas. Incluso transformándose en un musical de la madrileña Gran Vía. De nuevo, la melancolía de volver a tiempos más despreocupados invita a acudir a la versión teatral cantada de Pretty Woman.

Una producción que logra un equilibrio complicado: no malograr el recuerdo mitificado en la memoria del público y, a la vez, actualizar la mirada del guion, con un romanticismo que se ha ido quedando desfasado. Los contrapuntos de humor del musical relajan con inteligencia la obra, relativizando las mariposas en el estómago de los protagonistas y acercando el choque cultural al hoy. Qué importantes son los secundarios, para hacer avanzar la trama de cualquier ficción y para engrandecer la vida en general. En Pretty Woman destacan el talento de Rubén Yuste y Natan Segado, que airean y arropan con el arte de la comedia a Roger Berruezo y Cristina Llorente, protagonistas metidos en la piel de los insustituibles Richard Gere y Julia Roberts con una dificultad añadida: ellos tienen que interpretar cantando, no sólo poner sonrisas de seducción en primer plano.

Al final, el éxito del musical de Pretty Woman está en la atracción del reencuentro con una comedia romántica que está incrustada en la morriña colectiva. Una historia con el disfrute de saber cuál es su reconfortante desenlace pero, esta vez, contada a través de la excitación de canciones que no sabes ni cómo empiezan ni cómo acaban. Y eso puede ser maravilloso, o trágico.  

Mostrar comentarios

Códigos Descuento