Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El error de los cuerpos perfectos: la tele que nos cosifica

Mañaneros crea sus cuerpos "perfectos" con Inteligencia Artificial
Mañaneros crea sus cuerpos "perfectos" con Inteligencia Artificial
RTVE
Mañaneros crea sus cuerpos "perfectos" con Inteligencia Artificial

Seguimos haciendo bromas sobre los cuerpos de las personas. Bromas que parecen inocuas, pero que segregan físicos de primera y de segunda. Y que insisten en proyectar tóxicos patrones de belleza a los que aspirar, muy lejos de rutinas saludables de vida.

Esta semana, en Mañaneros de La 1, se realizó una vieja gracia: un fotomontaje con los protagonistas del programa reconvertidos en cuerpos "perfectos". O, bueno, más bien lo que conciben ellos que son cuerpos "perfectos". Se trataba de un collage de los de toda la vida, ahora realizado con inteligencia artificial. Cantizano, Santandreu y Guzman mutados en hombres musculosos. Por un momento, daba la sensación que se había congelado el tiempo en el siglo XX. 

El montaje de IA se creó sólo con la vertiente masculina del magacín, claro, porque con mujeres sería cosificación desde un prisma actual. Pero igualmente por la tele las risas del estudio se sintieron incómodas. Porque los cuerpos falsos planteados como "perfectos" de Cantizano, Santandreu y Guzman se veían bastante menos sanos que los suyos de verdad. Pero el gag de la tele se quedó paralizado en el cliché del ensueño hacia un estereotipo de físico imposible e inexistente, que sólo dura en el segundo que se tarda en hacer una foto justo nada más acabar de entrenar en un gimnasio.

Lo interesante desde la televisión pública sería despertar conciencia crítica sobre los cánones que oprimen socialmente. Un tema interesante que abriría miradas. Sin embargo, se quedaron, una vez más, en el sketche de siempre, en la trivialidad que ni siquiera se cuestiona que tu cuerpo no tiene nada que envidiar a un artificio impostado e inflado. Porque los cuerpos nunca pueden estar a debate. Se ve que no hemos avanzado tanto como creemos. 

El feminismo lleva décadas intentando que desaprendamos esa imagen de la mujer vista como un objeto. En cambio, lo malinterpretamos y, ahora, hacemos lo mismo con los hombres. Ya lo decía Carmen Martín Gaite en los años ochenta, mientras hablaba de feminismo a su manera en una reflexión más amplia: "a veces, se desenfoca el problema cuando para alcanzar la igualdad tratamos de imitar los defectos que tanto se están denostando. Si se va a copiar lo mismo que se está criticando, para ese viaje no había menester alforjas", recalcaba la escritora acudiendo a esa frase hecha de la sabiduría de los pueblos de su España. 

Con la ola de concienciación sobre salud mental, no podemos mostrarnos herméticos a esta sensibilidad y vender cánones de estética poco saludables. Aunque se revistan de salud al mostrar músculos turgentes. Trágico, pues promueven trastornos de la conducta alimentaria y otros problemas vinculados con la aceptación de la imagen corporal.

Ya deberíamos saber que la belleza es tan diversa como la sociedad, lo que no es representativo de nada son cuerpos prefabricados con batidos de proteínas, dietas asfixiantes y competitivas rutinas sin tregua. Rutinas que confunden dietas con hábitos saludables, cuerpos de póster con cuerpos sanos. Y no, no siempre es lo mismo. Pero seguimos vendiéndolo en televisión como la aplaudida meta para el triunfo social, meta que sobre todo genera el vacío de la frustración. 

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