Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La entrevista censurada de Lorenzo Milá a George y Laura Bush sale del cajón de TVE

Las manos de Lorenzo Milá se reencuentran con la entrevista no emitida al completo.
Las manos de Lorenzo Milá se reencuentran con la entrevista no emitida al completo.
RTVE
Las manos de Lorenzo Milá se reencuentran con la entrevista no emitida al completo.

12 de marzo de 2004, España está conmocionada por el atentado terrorista más mortal de su historia. Sólo han pasado 24 horas desde las explosiones de los trenes que viajaban a Atocha. La prioridad social está en las víctimas. 192 personas han fallecido y 1.893 han resultado heridas. Pero otros intereses de táctica política empiezan a brotar. El domingo, 14 de marzo, hay elecciones generales.

En Washington suena el teléfono de la corresponsalía de TVE. Es una llamada inaudita, viene desde el gobierno norteamericano: ofrece a Televisión Española una entrevista en exclusiva con George Bush y, su mujer, Laura Bush. El presidente y la primera dama quieren mostrar oficialmente su apoyo al país. El recuerdo de los atentados de otro día once, 11 de septiembre, ha despertado una fuerte empatía en el máximo mandatario de Estados Unidos y su esposa.

La entrevista histórica es realizada por Lorenzo Milá, entonces corresponsal adjunto de TVE en EE.UU., desde la residencia del embajador español, Javier Rupérez. Sin embargo, nunca se emite al completo en aquel 2004. Sufre censura, a pesar de la cautela y apoyo de Bush al Gobierno de España. El problema es que en sus palabras se entrevé que “no estaba hablando de ETA”, recalca el propio Mila que ha vuelto a enfrentarse a la grabación dos décadas después. Porque ahora RTVE ha querido resarcirse y compartir este documento íntegro en RTVE Play y, a la vez, reflexionar sobre malas prácticas que puede padecer una cadena a través de un reportaje de veinte minutos para el Telediario.

Un ejercicio con gran valor social. Es esencial que TVE afronte sus errores del pasado frente a los ojos del espectador, ya que así también se despierta en la audiencia la conciencia crítica con la que preguntarse qué vemos, qué no vemos y cómo lo vemos en los medios de comunicación. Paradójicamente, este gesto excepcional que los Bush facilitaron a Televisión Española como abrazo a los ciudadanos españoles y como lealtad a su socio José María Aznar se silenció porque el discurso del presidente norteamericano podía despertar dudas sobre al argumentario que se estaba forzando por el miedo a perder las elecciones generales que estaban convocadas para ese mismo domingo.

“Bush estaba hablando de un tipo de terrorismo, clarísimamente. En aquel momento, no me di cuenta porque estás en un entorno tan desbordado. No escuché como estoy escuchando ahora porque es evidente que está hablando de un tipo de terrorismo. Él no estaba hablando de ETA. Él hablaba de terrorismo islamista, él hablaba de lo mismo que le habíamos oído decir desde el 11S”, subraya en el reportaje Lorenzo Milá, analizándose a sí mismo con una sana humildad. Interesante asistir al reencuentro de un periodista con su trabajo y cómo se va percatando de cuestiones cruciales que le pasaron desapercibidas fruto de la tensión del momento. La dificultad de la escucha en aquellos días duros queda bien retratada. Milá lo reconoce en una catarsis de sinceridad en la que no se busca culpables en otros, sobre todo se intenta compartir un proceso de trabajo desde uno mismo y aprender de la elaboración de una información que temores y poderes, o poderes con temores, intentan hacer invisible.

Horas después de la grabación, el departamento de comunicación de la Casa Blanca se extrañó con que TVE no emitiera el encuentro. Contactaron con la corresponsalía, ya que se suele guardar el protocolo de no compartir la transcripción de la entrevista hasta que es publicada por el medio que la ha materializado. Pero aquella TVE no emitía nada. Incluso el embajador Rupérez llamó a Televisión Española: “Era insólito. Una entrevista, que es rarísima en cualquier tipo de contexto, contiene una manifestación de afecto al pueblo español verdaderamente emocionante. ¿Cómo es posible que no se haya emitido?”, resume. Pocas veces un presidente norteamericano acude a una cadena de televisión extranjera de forma tan activa. Nunca la grabación se guarda en un cajón.

Dos décadas después, en este 2024, coincidiendo con el veinte aniversario de los atentados del 11 de marzo, la entrevista de Milá a los Bush se emite con más interés si cabe, tras ser escondida en tal momento de dolor social, con tantos muertos, con tantas víctimas.

Una situación que, en la actualidad, sirve además para refrescar el efecto Streisand. O, lo que es lo mismo, cuando la ambición de tapar un hecho noticioso termina provocando que se conozca con más ímpetu aquello que se pretendió ocultar. Incluso pueden quedar aún más en evidencia los que intentaron borrarlo. Si se hubiera emitido con normalidad esta entrevista hoy no estaríamos hablando de ella. A partir de hoy, en cambio, ya no la olvidamos.

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