![Fotograma de 'Érase una vez... el cuerpo humano', serie infantil que ayudó a tener una primera toma de contacto con nuestro cuerpo](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/uploads/imagenes/2023/07/31/fotograma-de-erase-una-vez-el-cuerpo-humano-serie-infantil-que-ayudo-a-tener-una-primera-toma-de-contacto-con-nuestro-cuerpo.png)
La épica y el tabú son dos palabras que aún se entremezclan en el tratamiento de las enfermedades y trastornos por parte de los medios de comunicación. La expresión "larga enfermedad" se utiliza, a menudo, como eufemismo para evitar apelar al cáncer. También se abusa de la terminología de "lucha", como si una afección se tratara de un película de acción con buenos y malos.
Hemos crecido con una cultura tan impregnada de terminología bélica que parece que no la podemos evitar. Todo se mide en éxito y fracaso, en vencedores y vencidos. Y se traslada al campo de la salud en un intento infructuoso de animar a alguien. Cuando lo que se consigue es la antítesis: poner al que padece a intentar no defraudar expectativas. Así se envuelve a las personas en un melodramatismo perverso que marca batallas como ganadas o perdidas. "Perdió la batalla contra la enfermedad". Mal, una enfermedad no es una contienda contra unos alienígenas que bajan del espacio. No, no es un videojuego.
Pero seguimos necesitando visualizar un nocivo paralelismo simplista de dolencia con un "bicho", un "enemigo", un "maligno" y, encima, se incide en que el paciente debe derribar al "bicho", al "enemigo", al maligno". Trágica equivalencia: la persona no va a la guerra, afronta la complejidad de su propia salud. Y la salud no depende de valentías, depende de otros factores más serios. Sin embargo, hay un tipo de televisión que todavía en 2023 insiste en tirar de la "historia de superación" que sólo busca reconfortar a aquellos que están en su casa y piensan "pues a mí no me va tan mal".
"Pobrecillo, qué pena, eres un ser de luz, no dejes de luchar, todo saldrá bien. Gracias por enseñarnos a ser valientes" es un manojo de coletillas que representan la condescendencia habitual que, sobre todo, genera frustración y estigmas para la sociedad en su conjunto, porque suele enviar la realidad de la salud al ostracismo. Mejor mirar para otro lado y, cuando no queda más remedio que hablarlo, nos montamos un perfumado 'Juego de Tronos'.
A la hora de enfocar una enfermedad en los medios de comunicación se debe huir de la frase hecha y acudir a su visibilización desde la naturalidad de la divulgación de las ciencias que explican con sencillez lo complicado y ponen nombre propio a los procesos dando herramientas prácticas a pacientes y familiares. Lo que propiciará una sociedad que comprende mejor la salud, con referentes que hablan desde la experiencia representativa y constructiva que aporta conocimiento y no desde el paternalismo que "corona héroes" y sentencia quién "perdió la batalla contra una larga enfermedad". Sensacionalismo tan vacío como injusto. La comunicación es dar instrumentos útiles, no hacer más vulnerable a alguien con perniciosas heroicidades, glorias y otras patrañas.
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