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Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Un año sin Roberto Pérez Toledo: el valor del último WhatsApp que me envió

Inspiraciones sobre errores al tratar a las personas con discapacidad que debemos desaprender para una sociedad mejor
Roberto Pérez Toledo, director de cine y guionista, rodeado de parte del equipo de 'Antes de la erupción'
Roberto Pérez Toledo, director de cine y guionista, rodeado de parte del equipo de 'Antes de la erupción'
Roberto Pérez Toledo, director de cine y guionista, rodeado de parte del equipo de 'Antes de la erupción'

Roberto Pérez Toledo fallecía el pasado 31 de enero de 2022 en un momento de estimulante madurez creativa. Director de cine, guionista, pionero en aprovechar las nuevas herramientas, aplicaciones y plataformas para nunca dejar de contar historias, el último WhatsApp que me envió eran las preguntas que quería hacerse e intentar responder en un acto en el Centro Dramático Nacional sobre cómo la ficción enfoca a las personas con discapacidad. "¿Qué te parece?". Siempre nos enviábamos lo importante. Miré rápido el texto. "Está super guay", dije. Y el tiempo se paró. Hoy, he vuelto a releer esos apuntes. Y me he percatado de que ese hilo de reflexiones no podía quedarse en un último mensaje de WhatsApp.

«-Reflexión inicial. ¿La ficción es solo ficción? ¿O tenemos una sociedad que en gran parte es fruto de lo que nos ha enseñado la ficción? ¿Tenemos una responsabilidad los creadores o de verdad podemos escribir lo que queramos? ¿Cuánto ha influido hasta ahora en el imaginario colectivo la tradicional representación de la discapacidad asociada a la perjudicial condescendencia? ¿Todas las representaciones aportan y construyen de igual forma o algunas solo sirven para sumar clichés y prejuicios?

-Los tópicos y clichés

-La lástima, la pena, la vida que no merece ser vivida (la peli Antes de ti), la tragedia que hace que tu vida se acabe porque te quedas en silla de ruedas (los anuncios de la DGT) y, desde ese momento, se proyecte la idea de que todo gira en torno a tu discapacidad.

-La persona con discapacidad representada como alguien débil, vulnerable, necesitado de sobreprotección y de que otros tomen decisiones por ella.

-La condescendencia por todas partes. Las historias de superación inspiradoras. No somos personitas especiales, superhéroes, seres de luz, angelitos que hemos venido para inspirarte, para reconfortarte. Para que nos veas superarnos y tú pienses “ay, mira, y yo me quejo de mi vida”. Las historias de la tragedia de la superación personal buscan servir de inspiración a personas sin discapacidad: "si ellos pueden, y su vida es mucho peor que la mía, entonces yo también puedo". Entonces, el personaje con discapacidad no existe por sí mismo, se deja de ver como una persona con todas las letras y se termina cosificando como una excusa para hacerse sentir mejor al protagonista y a los espectadores sin discapacidad.

-La persona con discapacidad como ser asexuado, que no tiene vida sexual plena, autónoma.

-La persona con discapacidad como alguien gracioso, bufonesco.

-Si eres una persona con discapacidad y creces con ficciones que te lanzan todas estas ideas. ¿Qué vas a pensar si creces creyendo que somos “minusválidos”? ¿Si no tienes ningún referente cercano que desmonte tus prejuicios? ¿Y si un día, por lo que sea, adquieres una discapacidad? ¿Qué pensarás de ti mismo? ¿Cómo afecta todo esto en el día a día a mi vida?

-Lo importante de escribir desde la cercanía, desde el conocer, desde el ser. Por eso son tan importantes las experiencias propias y de todas las diversidades. Tener una discapacidad y ser homosexual, bisexual, transexual, negro, latino…

-Queremos personajes con discapacidad con identidad y personalidad propia, humanos, claroscuros, contradictorios, también negativos. Sin que esto nos choque. Sin que su discapacidad sea el centro de su vida y de sus conflictos».

Cuántas ideas en aquel último WhatsApp de Roberto, cuántas asignaturas pendientes en la ficción y, también, en los medios de comunicación. Aunque Roberto ya lo abordó todo esto antes desde la naturalidad del disfrute palomitero de su cine. Un cine en el que cabemos todos porque habla de personas sin condescendencias. Descifra los sentimientos que nos unen, delata los prejuicios que nos separan. Y con la ironía de la inteligencia emocional. Ay, su humor. El que escribe estas líneas no tendrá nunca más los abrazos de Roberto, esos abrazos que nos hacían sentir a salvo. Ojalá la obra de Rober, colgada generosamente por él casi al completo en Internet, siga allanando caminos y ampliando miradas. Porque la naturalidad es el antídoto contra la condescendencia. La diversidad es parte esencial de la vida. 

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