La duodécima temporada de MasterChef ha dado comienzo y los 16 aspirantes ya se han colocado los delantales para ponerse manos a la obra y convertirse en los mejores cocineros de nuestro país.
Una vez más, Televisión Española ha vuelto a confiar en el buen hacer de Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz para juzgar las elaboraciones de los participantes y decidir quién merece continuar con la experiencia y, quién, por el contrario, debe colgar su delantal y abandonar las cocinas de MasterChef.
De esta manera, uno de los aspirantes a hacerse con el título del concurso de cocina de la televisión pública es Ramón que, a sus 30 años, llega procedente de Málaga para conseguir eliminar a todos sus compañeros y convertirse en el mejor cocinero.
Educador social en un centro de menores
Ramón trabaja como educador social en un centro de menores y, durante su presentación, el aspirante explicó que, con solo nueve años, sufrió un atropello que le hizo perder una de sus piernas. Después de un largo periodo para asimilar su nueva situación, Ramón cambió el chip y, actualmente, su entorno le define como un auténtico ejemplo de superación y de lucha contra la adversidad.
Con su positividad, Ramón ha aterrizado en las cocinas de MasterChef para continuar demostrar su capacidad de lucha. Además, uno de los motivos por los que el malagueño ha decidido participar en el concurso es porque le encantaría potenciar su faceta gastronómica y renovar el negocio de su familia: el chiringuito de sus padres.
Asimismo, cabe destacar que otra de las pasiones del concursante es la música, lo que le llevó a participar, durante dos años, en un grupo de los carnavales de Málaga.
Comentarios