Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Antena 3 cumple 2 años de liderazgo: sus otras claves para el éxito (que no suelen destacarse)

Antena 3 termina octubre cumpliendo dos años completos de liderazgo en un momento en el que no sólo las audiencias televisivas están más fragmentadas que nunca.
Pablo Motos, en 'El Hormiguero'.
Pablo Motos, en 'El Hormiguero'.
ATRESMEDIA
Pablo Motos, en 'El Hormiguero'.

Antena 3 termina octubre cumpliendo dos años completos de liderazgo en un momento en el que no sólo las audiencias televisivas están más fragmentadas que nunca, también nuestra capacidad de recordar qué serie o programa ver en tiempos de sobreestimulación de imágenes. Asistimos a la "vida" en directo con tantos videos que nos sobresaltan desde nuestro teléfono móvil, vídeos que van y vienen. Y ahí está parte del éxito de Antena 3: su proyecto ha sido fruto de pacientes apuestas de largo recorrido. 

Consumimos con tanta celeridad que no damos margen ni a la memoria. Pero la cadena de Atresmedia ha marcado citas en los hábitos diarios del espectador. Su programación se construye con un orden contundente de ejes sembrados durante años. Al mediodía, la cocina de compañía de Karlos Arguiñano y, después, el juego distendido de La Ruleta de La Suerte que dan paso a Antena 3 Noticias. Por la noche, El Hormiguero que viene del informativo que, a su vez, arrastra el éxito del gran formato killer del canal, Pasapalabra, con su rosco que nunca falla a las 9 de la noche. Una prueba épica, breve y empática que se repite siempre a la misma hora. Crucial: el canal establece rutinas de la mano de la costumbre del espectador.  

Mientras Telecinco se empezó a desordenar jugando a una programación estirando el chicle del reality show que apuntalaba su parrilla (aunque, a la vez, la hacían monótona cuando nos quedamos confinados en casa por una pandemia), Antena 3 aguantó su apuesta por diversos tipos de espacios de entretenimiento con cierta elaboración visual que distingue a la tele clásica de la tele viral de las redes sociales. Porque ahora las redes sociales también acompañan con su propio reality grabado con la naturalidad a golpe de móvil y la televisión necesita diferenciarse en la manufactura creativa de sus contenidos. En buscar ese plus de confección queda mucho por explorar: aprendiendo de nuestro ingenioso pasado audiovisual sin caer en la trampa del abrumador presente de multipantallas que nos hace creer que tenemos mucha pluralidad de contenidos y, quizá, deglutimos y olvidamos todo el rato lo mismo. Hoy, la capacidad de elección es más una percepción que una realidad.

En este marco, el otro y silencioso atino de Antena 3 ha sido cuidar su línea editorial visual. Es el canal con mejor estética. Su continuidad, promociones, iluminación y escenografías transmiten modernidad y calidez. Otros canales han ido perdiendo imagen de marca porque no consideraron que fuera lo más relevante. Cuando la tele también es ensoñación. Y Antena 3 ha seguido mimando su sello propio. Sus platós, aunque se reutilicen para multitud de programas, no se ven desgastados. Transmiten amplitud, brillo y hogar. Todos se parecen entre sí, pero siempre buscando incorporar ciertas singularidades teatrales para que la cadena no parezca repetitiva dentro de su carácter unitario con el que se distingue de rivales. Antena 3 es visualmente bonita de ver. Es reconocible y entra por los ojos, lo que invita a quedarse en su sintonía. Pero no debe quedarse dormida en los laureles. Por ejemplo, necesita fortalecer el fin de semana, que en sábado y domingo no parezca una cadena temática de TDT. 

La tele desde que se inventó la tele jamás ha dejado de cambiar para no quedarse atrás de su sociedad. Ahora tampoco puede quedarse parada, a pesar de que es más complicado pillar la sensibilidad de la audiencia porque todo avanza más veloz. Nos arrastra la riada del caudal de imágenes al que nos enfrentamos cada día, que es apabullante. Sin embargo, el éxito de la televisión en España siempre ha ido unido a la habilidad de captar nuestra identidad próxima. Mejor aún si es a través de la ilusión de la mirada joven, esa que se cree que puede cambiar el mundo. Antena 3 lo ha hecho de Farmacia de Guardia a Física o Química. También con Tu cara me suenaPasapalabra, gracias a esos concursantes que podrían ser de cualquiera de los bloques de pisos de un país de barrios. En ese punto artesanal de abrazar cómo somos en una oferta audiovisual tan globalizada está el porvenir de la tele que algunos dan por perdida. Aunque sigue siendo el gran medio de masas en directo, que nos conecta con el mundo y con nosotros mismos. Que nos hace sentirnos reconocidos. Al menos, cuando nos descubre creyendo en la curiosidad y no sólo nos intenta engatusar calcando clichés. 

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