Entrevista

Ana Luque, ganadora de 'Maestros de la costura 6': "Al principio, sentí que había venido a molestar a mis compañeros"

Ana Luque, ganadora de 'Maestros de la costura 6'.
Ana Luque, ganadora de 'Maestros de la costura 6'.
RTVE
Ana Luque, ganadora de 'Maestros de la costura 6'.

Detallista, sensible, perfeccionista y, por qué no, también un poco rebelde. Así podríamos definir a Ana Luque, la barcelonesa de 23 años que, este jueves, se proclamó ganadora de la sexta edición de Maestros de la costura tras batirse en un reñidísimo duelo final con Ángel. 

Siguiendo la estela de su predecesor -a la vez que paisano- Lluis Mengual, la que fuera estudiante de ingeniería optó por el negro para llevar a cabo un arriesgado ejercicio de sastrería y de minimalismo en un vestido inspirado en Vivienne Westwood con el que, además de conquistar a los jueces, logró alzarse con el ansiado maniquí dorado. 

Junto a este simbólico premio, la concursante recibirá 50.000 euros en metálico y, por si esto fuera poco, podrá seguir aprendiendo en el curso de formación especializada en Diseño de Moda que imparte el Centro Superior de Moda de Madrid, perteneciente a la Universidad Politécnica.

¿Cómo fue revivir anoche la final por televisión?Ha sido muy fuerte. O sea, realmente es como que no me lo acabo de creer. Me veo y aún así me pregunto: "¿Es de verdad todo esto?". Y bueno, la verdad es que muy satisfactorio poder decir lo que pasó, sin ocultar que gané como un secreto. Ahora, por fin, todo el mundo puede saberlo. 

¿Sigue manteniendo una buena relación con sus compañeros después del programa? ¿Y con Ángel, pese a haberle vencido?Sí. Tengo superbuena relación con todos. Tenemos un grupo de Whatsapp que no para de sonar, día tras día. Al final es que todos mis compañeros son muy buena gente, entonces es imposible que haya malos rollos con nadie. 

Llegó la última al taller, ¿no le daba miedo que pudiera convertirse en una gran desventaja?Es verdad que cuando llegué al principio sentí que había venido a molestar a mis compañeros porque ya todo el mundo se llevaba muy bien. Pero bueno, poco a poco te vas adaptando al nuevo sitio, como en cualquier trabajo o en cualquier colegio nuevo, y te das cuenta de que todo sigue su curso. Lo que me daba miedo en realidad era no encajar con mis compañeros o la desventaja de no haber tocado antes esas máquinas de coser, pero pronto terminé adaptándome. 

"Siempre he sido muy insegura y me pongo a mí misma a la baja. Creo que tengo que creer más en mí"

Muchos de sus compañeros veían a Ángel como el rival más fuerte, ¿en qué momento se vio con posibilidades de ganar?Desde un principio, sinceramente, no lo veía como una posibilidad. Sin embargo, a medida que avanzaba el programa era como que empecé a pensar:  "Ostras, y si...". Poco a poco, empecé a soñar con la idea, pero hasta el último momento, hasta que no dijeron mi nombre, no lo veía del todo real. 

Se define como perfeccionista, ¿cómo llevó la presión que conllevaba el tiempo limitado de las pruebas?Para mí, fue todo un reto. En cada una de las pruebas me repetía a mí misma que lo importante era que estuviese hecho, no que estuviese perfecto. Solo pensaba: "Avanza, avanza, avanza". Al final, si empiezas con el perfeccionismo, el problema es que no acabas nunca. 

Apostó por la sastrería para sorprender a los jueces, ¿fue su estrategia para  diferenciarse de Ángel?La idea de apostar por la sastrería partía de que a mí siempre me había llamado la atención y era algo que quería hacer. Pero bueno, aparte de eso, después de ponerme a analizar todas las finales del programa me di cuenta de que nadie lo había hecho antes que yo. Entonces no fue solo una estrategia para diferenciarme de mi oponente, sino para innovar dentro de la historia del programa. 

¿Ha habido alguna de las valoraciones del jurado que le haya marcado especialmente?Ahora mismo no sabría decirte una valoración en concreto, pero sí que recuerdo que muchas veces he escuchado al jurado decirme: "Ana, créetelo más, confía más en ti". Siempre he sido muy insegura y me pongo a mí misma a la baja y, por eso, creo que tengo que creer más en mí. Muchas de las valoraciones me han ayudado precisamente a eso, a confiar más en mí y en mis diseños.

Hablando del jurado, ¿ha habido un mayor acercamiento con María Escoté tras la anécdota de que pudieseis ser primas lejanas?
Bueno, ya me gustaría a mí ser prima lejana o remotamente lejana de María Escoté (ríe). Al final, la relación que tenemos es bastante profesional. Pero igual que me pasa con el resto del jurado, que lo que tenían que hacer era valorar mi trabajo. Pero es muy guay poder tener a profesionales alrededor de ti, aconsejándote y animándote cuando hace falta. 

¿Cuándo surgió su pasión por las motos?En realidad, creo que estuvo ahí desde siempre, con mi padre. Es verdad que al principio sentía que no era algo para mí porque, mientras yo hacía ballet, era mi hermano el que se iba con mi padre en la moto. Luego me fui animando y convirtiéndolo en algo muy mío hasta el punto de que incluso ahora la gente me ve como demasiado motera (ríe). 

Me llama la atención que, por ejemplo, no aprovechara las pruebas más libres para confeccionar un traje inspirado en la estética Motomami de Rosalía.Quizá tampoco hubo una prueba del todo libre en la que pudiese hacerlo. Era como que siempre había que seguir un concepto. Pero bueno, tienes razón. Creo que no se me había ocurrido hasta ahora que pudiese haber confeccionado algo inspirado en ella. Sería muy guay poder hacer algo para Rosalía, la verdad. 

Si la costura es su auténtica vocación, ¿por qué eligió estudiar ingeniería?A mí lo que me encanta es crear, ya sea ropa, muebles o lo que sea. Soy una persona supercreativa y siempre he sido de "construir" cosas. Entonces, aunque siempre me ha gustado mucho la moda, pensaba que me cerraría a crear únicamente un tipo de objeto, por así decirlo. Quería una carrera que me abriese un portal a crear lo que quisiera y, al final, creo que esta formación me puede ayudar en la moda también porque, además de tener otra perspectiva, puedo innovar en técnicas que haya aprendido de la ingeniería y aplicarlas a la moda. 

Ahora que ya sabe la mujer que quiere ser, ¿cuál es su próxima meta?Con la formación y el dinero del premio, mi objetivo ahora es estar a tope con mi marca, Motora, trabajando y sacándola adelante. Para mí, crear tu propia marca es la máxima meta a la que cualquier creativo aspira, aunque, como todo en la vida, seguramente habrá excepciones. Creo que es una meta bastante ambiciosa, pero si logro poder dedicarme enteramente a esto para mí será un sueño cumplido. 

¿Y no se imagina regresando a Maestros de la costura o participando en otro programa de televisión?No, para nada (ríe). Creo que no soy una chica de tele. Yo soy más de estar en mi casa, cosiendo, que, al final, siento que es lo mío. Reconozco que ha sido una experiencia chulísima y estoy superagradecida de haberla podido vivir, pero creo que es mejor que la tele vaya por un lado y yo, por el otro. Aun así, me encantaría hacer como Lluis y poder volver como invitada en la próxima edición y bajar a coser. 

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